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IKEA y la Sociedad Española de Neurociencia (SENC) han establecido unacolaboración con el fin de llevar a cabo una revisión bibliográfica de 47 estudios científicos rigurosos que exploran la actividad cerebral humana en respuesta a diferentes tonalidades y colores.
El informe "La percepción visual de los colores y la actividad cerebral" marcó la primera revisión exhaustiva del corpus científico disponible hasta la fecha sobre la activación cerebral distribuida, presentado en una conferencia de prensa el lunes 22 de abril. Este fenómeno implica que la información se procesa simultáneamente en diversas áreas del cerebro para luego converger y generar la percepción final. El estudio fue llevado a cabo por la doctora Concepción Lillo, el doctor Juan de los Reyes, la doctora Teresa de los Reyes, la doctora Marta Zaforas y la estudiante predoctoral Patrycja A. Klimzak, todos ellos miembros del comité de comunicación de la SENC.
La compleja interacción entre los colores y la percepción humana
La percepción del color constituye un elemento fundamental de nuestra experiencia neurológica, desempeñando un papel crucial en diversos aspectos del comportamiento humano. Esta experiencia perceptiva se origina de la combinación de múltiples estímulos visuales captados por nuestros ojos. Sin embargo, no se limita únicamente a la longitud de onda de la luz asociada a un color específico. También está influenciada por factores como la orientación del objeto, el contraste, el movimiento y la forma, entre otras características.
Las frecuencias de la actividad cerebral se clasifican y etiquetan en rangos específicos que van desde las más bajas, denominadas delta (1-4 Hz) y theta (4-8 Hz), hasta las más rápidas como alpha (8-12 Hz) y beta (13-30 Hz). La predominancia de diferentes rangos de frecuencia se asocia con diversos estados de comportamiento en el individuo. Según explica la doctora Teresa de los Reyes de la SENC, las ondas de baja frecuencia están vinculadas con la relajación, la introspección y la meditación, mientras que las de alta frecuencia se relacionan con la concentración, la atención, la ansiedad y la actividad.
El procesamiento del color en el cerebro
Además, la información visual sobre el color está intrínsecamente ligada a la manera en que nuestro cerebro interpreta diversas propiedades de lo que percibe, como la intensidad del color, la temperatura y el brillo de la luz, así como el contraste. Por lo tanto, el procesamiento del color por parte de nuestro cerebro es un proceso complejo que ocurre de forma distribuida. Esto implica que la información se dirige a diferentes estructuras cerebrales, donde cada una desempeña una función en paralelo antes de converger para generar la percepción final. Nuestro cerebro integra toda esta información visual y la relaciona tanto con nuestro estado interno como con el entorno externo.
Los humanos somos tricrómatas, lo que significa que podemos ver tres colores principales: rojo, verde y azul. Con estos colores, podemos representar todos los demás. En total, podemos distinguir alrededor de 1 millón de tonalidades. Esto es posible gracias a diferentes tipos de células en nuestra retina, llamadas fotorreceptores, que convierten la luz en señales nerviosas que nuestro cerebro puede entender como tonalidades.
La señal neuronal que responde al modelo de color RGB viaja desde los ojos hasta la corteza occipital y frontal del cerebro, donde cada color se percibe y se integra de forma específica, influenciada por el contexto y la experiencia. Además, esta percepción del color activa una vía no visual que involucra el sistema nervioso autónomo. Por ejemplo, un flash de un color específico puede indicar peligro en señales de tráfico, pero en contextos sociales y personales puede representar amor, como explica la doctora Teresa de los Reyes.
IKEA
El color es un componente integral de la identidad de IKEA. Almudena Cano, directora de Diseño Retail e Interiorismo de IKEA en España, ha repasado las claves en la historia del diseño que han influido notablemente en el enfoque de la marca hacia el color al diseñar sus productos.
Desde el siglo XVI, con el Rojo Falun en Escandinavia, hasta el siglo XX con corrientes como la Bauhaus y el estilo de Marimekko en los años 60, el color ha sido una parte importante en la historia del diseño. Entre los hitos se incluyen el estilo Gustaviano del siglo XVIII y la influencia de artistas como Carl y Karin Larsson en el s. XIX, quienes combinaron el estilo Gustaviano con el folclore sueco y el movimiento Arts & Craft. En el siglo XX, la Bauhaus enfocó en la funcionalidad y colores primarios, mientras que otros, como Josef Frank y Alvar Aalto, exploraron la expresión artística y los colores naturales. Marimekko se destacó por su audaz uso del color en los años 60.
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