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El cambio climático está llevando a la evaluación y adaptación en las ETAP (Estaciones de Tratamiento de Agua Potable) para la eliminación de los compuestos sápidos, que podrán dar olor y sabor al agua en caso de no tratarlos adecuadamente.
Esto se lleva a cabo bajo el proyecto 'SÀPIDES' (Predicción de compuestos sápidos en el agua prepotable para la mejora de su gestión y adaptación al cambio climático) y lo realizan los investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (IIAMA-UPV), junto a las empresas Global Omnium-Aguas de Valencia y Kenso Solutions S.L.
Este estudio tiene como objetivo dar respuestas al origen y las circunstancias que hacen posible la aparición de compuestos orgánicos como la Geosmina y el 2 Metilisoborneol.
El agua y los minerales que aportan sabores y olores
“El agua para el consumo humano normalmente contiene minerales y sustancias orgánicas en disolución que le pueden aportar sabores y olores, más o menos detectables, según la concentración de los compuestos y de los nutrientes”, señalan los investigadores del IIAMA.
El caso, es que varios estudios científicos prevén que el cambio climático va a provocar un aumento en los episodios de proliferación de dichos compuestos, pese a que las ETAP cuenten con el protocolo adecuado, se necesitan mejoras en la detección y eliminación de estos.
Así, se ha desarrollado un sistema de alerta temprana en las potabilizadoras del Canal Júcar-Túria, para que automaticen la respuesta ante su aparición, y así disminuir la incidencia.
Mediante recogida de muestras de agua, suelos y sedimentos que han pasado los pertinentes análisis físicos, químicos y biológicos se ha podido determinar los principales microorganismos productores de compuestos sápidos, como Cianobacterias y Actinomicetos.
Además, desde el IIAMA explican que "se han establecido las relaciones existentes con algunos nutrientes como el nitrato, fosfato y amonio, así como con otras variables como la capacidad del embalse y la temperatura del agua".
Una información constante
La tecnología permite que se instalen una red de sensores fijos, en diferentes punto del embalse de Tous, para poder contar con un seguimiento constante, recopilando datos e información continuada.
“La presencia de Geosmina y 2 Metilisoborneol en las cuencas de captación es intermitente en el tiempo y variable en su concentración. Por ello, el proyecto SÀPIDES ha buscado, mediante el análisis de variables medioambientales, crear un sistema de alerta temprana que permita a las potabilizadoras que captan agua del Canal Júcar-Túria automatizar la respuesta ante su aparición”, ponen en valor los socios participantes.
El 31 de agosto finalizará, tras dos años y medio de trabajo, el proyecto, y se ha profundizado en mejorar los métodos y técnicas de detección y eliminación de compuestos que darán sabor y olor al agua, según varios escenarios de cambio climático.
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