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Desde la OCU han pedido que se modifiquen las etiquetas ambientales de la DGT para los vehículos porque, según su punto de vista, es algo injusto.
Las modificaciones se solicitan antes de que finalice este año, pues en el 2024 un total de 149 municipios españoles van a contar con Zonas de Bajas Emisiones.
Con las ZBE se quiere conseguir que el centro de las ciudades esté más libre de CO2, pero la OCU no lo ve justo porque no creen que un coche con etiqueta 0 emisiones no siempre es menos contaminante que otro que no cuente con ese nivel de distintivo.
Las etiquetas ambientales a ojos de la OCU no son justas para todos los vehículos
De esta forma, y con la implementación de las ZBE, aquellos coches que no cuenten con las etiquetas ambientales ECO, quedan totalmente relegados, pero porque actualmente se está priorizando la tecnología del motor, lo que para la OCU es un error, ya que nos encontramos ante un sistema desfasado.
Para la OCU, las etiquetas ambientales tienen que reflejar la fiel realidad, y es la de tener en cuenta las emisiones que lanza un coche.
A esto se suma que una gran parte de la población no puede tener acceso a un coche eléctrico, por lo que se vuelve a discriminar a las personas, sino son ricas, son directamente contaminantes.
La OCU sigue insistiendo que una gran cantidad de personas se verán privadas de acceso para las nuevas Zonas de Bajas Emisiones, gracias a las actuales etiquetas ambientales de los vehículos. Y apoyan la idea de que un coche de combustión no es necesariamente más contaminante a lo largo de su vida que un híbrido.
Con el fin de demostrar su teoría para modificar las etiquetas ambientales de los vehículos, ha ejemplificado con algunos coches de combustión con etiqueta C que son los más populares en ventas.
Según ellos, durante el ciclo de vida de estos vehículos, el nivel de emisiones es similar o menor que gran parte de los coches híbridos de gran cilindrada.
Para sacar estas evidencias se han observado aspectos altamente importantes, tales como:
- Emisiones desde el proceso de fabricación
- Uso
- Mantenimiento
- Reciclaje a los 16 años, tras realizar 240.000 kilómetros
Las emisiones de todos los puntos anteriores las ha medido Green NCAP, un consorcio de clubes del automóvil, laboratorios, organismos oficiales de gobiernos europeos y organizaciones de consumidores europeas, que se encargan de analizar de forma habitual estos parámetros.
Gracias a las acciones y pruebas llevadas a cabo en laboratorio y con la conducción real, el estudio ha dado una nota de 0 a 5, dependiendo de diferentes apartados.
Los valores que se tienen en cuenta en dicho análisis exhaustivo, miden las emisiones reales de cada vehículo
Durante el análisis se ha tenido en cuenta la eficiencia energética, la contaminación y los gases de efecto invernadero. Con estos datos se pueden analizar la energía que usa el motor del automóvil además de cuánta pierde. Los hidrocarburos no quemados, óxidos de nitrógeno, amoníaco, monóxido de carbono y partículas que emiten. Y la emisión de dióxido de carbono, óxido nitroso y metano.
“Los únicos motores que garantizan menos emisiones son los de los vehículos 100 % eléctricos. Para el resto, se deberían tener en cuenta las emisiones medidas en su homologación, un dato público muy fácilmente comparable”, dice el organismo respecto a su solicitud de modificación de etiquetas ambientales. Y es que el resultado para muchos modelos de vehículos deja en evidencia la clasificación que conocemos de la DGT.
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