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Las autoridades sanitarias han declarado que no hubo “paciente cero” en España con respecto a los primeros contagios de Sars-COV2. Estas son las conclusiones que ofrece un informe de la diversidad genómica del virus durante los tres primeros meses de incidencia (febrero – abril). Un solo genotipo de COVID-19 generó una gran oleada de casos durante la primera semana de marzo.
El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha recogido muestras del virus en 30 hospitales. El estudio ha observado que la diversidad genómica del coronavirus en España es única en Europa, y más cercana a los genotipos del virus circulantes en Asia entre finales de 2019 y principios de 2020, según en un comunicado de CSIC.
"La diversidad del virus en España es diferente de la que se ve en el resto de Europa. Dicha diversidad refleja la presencia importante de linajes tempranos del virus que salieron de China y llegaron a España e Italia", señalan los investigadores.
¿Qué resultados arrojan las muestras recogidas?
Las muestras recogidas demuestran que España es el segundo país con más muestras del genoma recogidas. Gran parte del esfuerzo de secuenciación se realizó en la fundación Fisabio pero también en los hospitales Gregorio Marañón de Madrid, Clínic de Barcelona, Centro de Investigación Biomédica de La Rioja, San Pedro de Logroño, Hospital de Elche y el Universitario Son Espases de Palma de Mallorca.
Los análisis científicos han detectado un minimo de 519 entradas en más de 2 000 secuencias. El investigador del CSIC, Iñaki Comas, ha analizado que: “Entre las secuencias analizadas se ha identificado un genotipo que generó el 30% de todos los casos secuenciados, llegando a representar un 60% en la primera semana de marzo”.
¿Cuáles fueron los puntos críticos de entrada del virus?
Comas ha detallado que la entrada del virus se hizo de manera simultánea en Italia y por España a través de Madrid y Valencia. Hay que reseñar que el primer país de Europa en dar la voz de alarma con el virus fue el país transalpino. Durante esos días, el Valencia viajaba a la zona más crítica del territorio italiano con el virus, Lombardía. Tanto el club valenciano como el Atalanta jugaron en San Siro. Aquello llevó a dos mil aficionados chés y a periodistas de todas las cadenas de radio.
De hecho, una de las primeras personas en contagiarse del virus en la capital del Turia fue Kike Mateu, actual presentador de SER Deportivos Valencia y autor del libro “Paciente cero”. Además del éxito de la introducción del virus en aquellas zonas, hubo eventos que ayudaron a la superdispersión del virus como un funeral en Vitoria, que ayudó a llevar el virus a provincias cercanas de Castilla y León y La Rioja.
El confinamiento de marzo ayudó a frenar el virus
El confinamiento que comenzó con el primer estado de alarma desde el 14 de marzo hasta finales de junio tuvo una alta efectividad. El investigador del CSIC, Iñaki Comas, ha asegurado que: “De hecho, en la segunda ola se están viendo nuevos genotipos aparecer con patrones similares a los mencionados en este trabajo”. Uno de los mensajes más importantes que sacan los investigadores de toda la pandemia es el control de la movilidad y tomar medidas de restricción a tiempo.
Son las conclusiones que Comas ha realizado a través de un hilo de Twitter:
Sin embargo, la Comunidad de Madrid no habría tenido descanso de COVID-19 durante todo el verano. Según los gráficos presentados por el Instituto de Salud Carlos III se desvela que la segunda ola de COVID-19 comenzó en la última semana de junio, coincidiendo con la apertura del turismo y la llamada “nueva normalidad”.
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