Amor y redes sociales con cerámica y porcelana

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presentó este lunes la exposición ‘Love Me Fast’, de Noemi Iglesias, una muestra que estará abierta al público entre hoy y el 28 de abril y que reflexiona sobre el amor romántico en la época de las redes sociales.

Esta exposición forma parte del programa ‘Kora’, comisariado por Rocío de la Villa, que presenta cada año una muestra concebida desde la perspectiva de género, según informó el Thyssen en un comunicado.

El amor en tiempos ultraconectados, moldeado con paciencia y con un significado muy potente

‘Love Me Fast’ se estructura en torno a una veintena de piezas que dialogan con algunos cuadros de las colecciones del museo y que están realizadas en bronce, cristal, vídeo, fotografía y fundamentalmente porcelana.

En esta exposición Noemi Iglesias reflexiona sobre el amor romántico en la era de las redes sociales, un amor “idealizado en un plano de felicidad consumista, confrontado con las relaciones tóxicas que a menudo se producen”.

El resultado, según el Thyssen, es “una serie de piezas de gran belleza que, al mismo tiempo, cuestionan lo considerado arte y artesanía en la historia del arte y actualmente en el arte contemporáneo en pleno siglo XXI”.

Noemi Iglesias es una de las artistas contemporáneas que han vuelto a situar la cerámica y la porcelana en el centro del sistema artístico tanto en ferias y bienales como en exposiciones en museos.

Su interés por esta técnica milenaria le ha llevado a realizar, en algo más de una década, numerosas residencias en centros de estudio de países de distintas culturas, desde Grecia, Reino Unido y Hungría hasta China, Corea o Taiwán.

La tenacidad y paciencia que requiere el aprendizaje y los procesos de trabajo con porcelana parecen ser un antídoto frente al fast love que la artista analiza, critica y juzga sin paliativos en su obra.

Hay más investigaciones al respecto de las relaciones tóxica y los amoríos en esta época, que demuestran el límite insano que estamos cruzando

El estudio titulado como 'El amor y las nuevas tecnologías: experiencias de comunicación y conflicto' de dos investigadoras de la Universidad de Guadalajara, en México, Tania Rodríguez Salazar y Zeyda Rodríguez Morales, revela como las redes sociales crean relaciones de amor tóxicas y por otro lado, refuerzan ciertos componentes del modelo de amores románticos.

"El amor no solo tiene una dimensión personal, es una emoción que está sujeta a significados compartidos que establecen pautas sobre quiénes merecen amor, cuáles son las cualidades que deben poseer las parejas, cuándo y cómo se expresa y qué comportamientos son necesarios para conseguirlo y mantenerlo hacia alguien en grupos sociales específicos. El amor está sujeto a dinámicas socioculturales que le imprimen sentidos particulares y que habilitan a los miembros de una comunidad para vivirlo y juzgarlo" detallan las investigadoras.

Así, de este análisis detallado, se sacan la coexistencia de dos grandes tendencias relacionadas al uso de las tecnologías afectivas:

• Liberación de la búsqueda de la pareja, ampliando el espectro de parejas potenciales y facilitando el emparejamiento con los demás.
• Pervivencia de mecanismos de control, incrementando sospechas y vigilancia.

"Los jóvenes tienen mayores opciones tecnológicas para explorar el mundo de las personas que les interesan, de sus experiencias y amistades, sin la necesidad de consultarlas directamente, y estas opciones son generadoras de conflictos en relaciones iniciales o establecidas. Los jóvenes toleran o minimizan muchos de los actos de control a través de las tecnologías de comunicación, además que los practican con escaso sentido autocrítico. Las normas que regulan los usos de esas tecnologías en las parejas todavía son muy laxas y los jóvenes no han encontrado criterios para distinguir cuándo el sentido de propiedad y los celos constituyen una amenaza a la libertad y la autonomía, más que un signo de amor», concluyen.

Además, en caso de ruptura de las relaciones y más ante una época digital, surge también el hecho de como lidiar cuando esto ocurre. El mundo digital complica esto más, porque al sobreexponer nuestras relaciones, en caso de ruptura o separación, los expertos ven estos lugares como un auténtico muro de las lamentaciones. Además de que cuando se rompe y ambas partes suelen tener redes sociales, alguno de los miembros se queda muy pendiente de lo que hace el otro y cómo se comporta a través de la visión que consigue desde estas plataformas, algo que hace que el duelo no siga un curso natural, y un bucle infinito de cómo me verá la gente a mi y a mi expareja. En definitiva... si el amor es complicado, o lo hacemos complicado nosotros, en esta época líquida y consumista llena de redes sociales y ultraconexiones, peor...