Más de 122 millones de personas se suman a las filas del hambre desde 2019

El término "filas del hambre" se utiliza para referirse al grupo de personas que están sufriendo de hambre o que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria. Es una expresión que ilustra la imagen de personas haciendo fila, a menudo en busca de alimentos o asistencia alimentaria, debido a la falta de acceso a una cantidad suficiente y nutritiva de alimentos.

Representan a aquellos que no tienen los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Pueden ser personas que viven en la pobreza extrema, áreas afectadas por conflictos, desastres naturales u otras situaciones que dificultan el acceso a una alimentación adecuada.

Las filas del hambre, una manifestación visible de la crisis alimentaria y la desigualdad social

Representan la lucha diaria de muchas personas para satisfacer una necesidad básica fundamental: la alimentación adecuada. Organizaciones internacionales, gobiernos y otros actores trabajan para abordar las filas del hambre y buscar soluciones a largo plazo, como promover la seguridad alimentaria, mejorar el acceso a alimentos nutritivos y fortalecer los sistemas de protección social.

El objetivo es garantizar que todas las personas tengan acceso a una alimentación adecuada y puedan salir de la situación de inseguridad alimentaria.

Según el informe 'El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo', publicado por cinco organismos de la ONU, el número de personas que sufren hambre ha aumentado en 122 millones desde 2019, alcanzando un total de aproximadamente 735 millones de personas en todo el mundo.

Objetivo de acabar con el hambre en riesgo si no se toman medidas urgentes

Las agencias de la ONU advierten que si las tendencias actuales continúan, no se logrará el Objetivo de Desarrollo Sostenible de erradicar el hambre para 2030. Se insta a realizar transformaciones en los sistemas agroalimentarios y elaborar políticas que aborden la urbanización creciente, ya que se estima que para 2050, siete de cada diez personas vivirán en ciudades.

El informe revela que, aunque las cifras globales de hambre se han estabilizado entre 2021 y 2022, muchas regiones del mundo están experimentando una crisis alimentaria cada vez más profunda. Si bien se han observado progresos en la reducción del hambre en Asia y América Latina, el hambre sigue aumentando en Asia occidental, el Caribe y todas las subregiones de África. África continúa siendo la región más afectada, con una de cada cinco personas padeciendo hambre, más del doble del promedio mundial.

Esfuerzos urgentes necesarios para abordar la seguridad alimentaria y la malnutrición

Los líderes de los cinco organismos de la ONU advierten que se estima que casi 600 millones de personas seguirán sufriendo hambre en 2030. Se requiere un esfuerzo global intensivo e inmediato para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Es necesario fortalecer la resiliencia contra las crisis y los impactos que contribuyen a la inseguridad alimentaria, como los conflictos y el cambio climático.

El informe también destaca la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en 2022. Cerca de 2.400 millones de personas en el mundo (29,6 % de la población mundial) carecían de acceso constante a los alimentos, y alrededor de 900 millones enfrentaban una grave inseguridad alimentaria. Además, más de 3.100 millones de personas (42 %) no podían permitirse una dieta saludable, y se observaron desafíos significativos en la nutrición infantil, con millones de niños afectados por el retraso en el crecimiento, la emaciación y el sobrepeso.

El informe también destaca la importancia de comprender la influencia de la urbanización en la seguridad alimentaria y la nutrición. A medida que más personas se trasladan a las ciudades, es esencial comprender y abordar las tendencias y desafíos asociados con la urbanización en las políticas y programas de seguridad alimentaria.