Los fondos climáticos mundiales excluyen a los agricultores familiares, clave para la seguridad alimentaria

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13/12/2024 - 13:30
Agricultores

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Los dos principales fondos climáticos globales no están logrando canalizar recursos hacia las organizaciones de agricultores familiares, actores fundamentales para la seguridad alimentaria en un contexto de cambio climático. Así lo revela un nuevo informe presentado este martes, coincidiendo con la 29ª Cumbre del Clima (COP29) que se celebra en Bakú, Azerbaiyán, donde el día de hoy está dedicado a temas de alimentación, agricultura y agua.

La exclusión de agricultores familiares en los fondos climáticos

El documento sobre fondos climáticos fue elaborado por la alianza Agricultores Familiares por la Acción Climática (FFCA), que agrupa redes de pequeños agricultores de Asia, África, América Latina y el Pacífico, y representa a más de 50 millones de productores.

Titulado ¿Dinero bien gastado?, el informe destaca que los agricultores familiares están excluidos de la toma de decisiones y no tienen acceso directo a los recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el Fondo Verde para el Clima (FVC). Un análisis de 40 proyectos relacionados con los fondos climáticos y biodiversidad que incluían a agricultores como beneficiarios reveló que no se asignaron fondos de manera directa a las organizaciones de estos productores. Además, solo el 18 % de los proyectos involucró a los agricultores en las decisiones sobre prioridades, diseño e implementación.

Dificultades de acceso

El estudio también identificó diversas barreras que dificultan a las organizaciones de agricultores familiares acceder a estos fondos climáticos, como procesos de solicitud complejos y extensos. Por ejemplo, solicitar financiamiento al FVC puede requerir hasta 22 documentos de respaldo, incluidos informes de antecedentes penales de todos los empleados de las organizaciones solicitantes.

De los 2.600 millones de dólares que el FMAM y el FVC invirtieron en agricultura, pesca y silvicultura entre 2019 y 2022, solo un tercio fue destinado a ayudar a los pequeños agricultores a adoptar prácticas sostenibles y resilientes al clima, a pesar de que estos producen el 70 % de los alimentos en África y hasta el 80 % en Asia, y son esenciales en las cadenas de suministro de productos como arroz y café.

Esther Penunia, secretaria general de la Asociación de Agricultores Asiáticos (AFA), señaló: “Los dos fondos climáticos más importantes no reconocen el valor de las organizaciones agrícolas de base. No aprovechan nuestra experiencia ni nuestra capacidad para implementar acciones climáticas en millones de explotaciones familiares. Sus políticas restrictivas nos impiden tener control sobre cómo adaptamos y fortalecemos nuestra resiliencia al clima. Este enfoque limitado obstaculiza la lucha contra el hambre y el cambio climático”.

Por su parte, Duncan Macqueen, director de Bosques del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), destacó que es “difícil imaginar una transición rural justa y sostenible sin financiamiento directo para las organizaciones de pequeños agricultores”. Subrayó la necesidad de “desbloquear los recursos del FMAM y el FVC para asegurar que parte de la financiación llegue a los productores de alimentos”.

Un nuevo objetivo

Alcanzar un nuevo y ambicioso objetivo de financiamiento climático es una de las prioridades de la COP29. Según el informe, transformar el sistema alimentario para que sea más resiliente y sostenible costaría entre 200.000 y 500.000 millones de dólares anuales, pero podría generar beneficios de entre 5 y 10 billones de dólares al año en salud, medios de vida y protección ambiental.

El análisis destaca la importancia de garantizar un uso eficiente de los fondos, ya que solo el 14 % (1.300 millones de dólares) de la financiación pública internacional destinada a la agricultura y al uso de la tierra en 2021 y 2022 llegó a los pequeños agricultores. Esta cifra es mínima comparada con los 170.000 a 189.000 millones de dólares que se calcula son necesarios anualmente.

El FVC, el fondo climático más grande del mundo, ha comprometido hasta ahora 15.000 millones de dólares para proyectos de adaptación y mitigación. Por su parte, el FMAM, que gestiona recursos para las tres convenciones de la ONU sobre clima, biodiversidad y desertificación, ha invertido más de 25.000 millones de dólares en proyectos de mitigación y adaptación.

El clima extremo

El impacto del clima extremo es evidente, desde la sequía en el sur de África que ha destruido el 70 % de la cosecha de Zambia, hasta las tormentas e inundaciones en Asia que han afectado más de 50.000 hectáreas de tierras agrícolas en Filipinas.

“Es urgente lograr un acuerdo financiero ambicioso en la COP29 para proteger el sistema alimentario y asegurar el acceso a alimentos en un contexto de cambio climático. También es esencial que los fondos climáticos disponibles se utilicen de manera eficiente, lo cual implica canalizar recursos directamente a los agricultores familiares y apoyar prácticas sostenibles y resilientes, que la ciencia identifica como esenciales para la adaptación”, concluyó Stephen Muchiri, director ejecutivo de la Federación de Agricultores de África Oriental (EAFF).

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