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El fraude eléctrico ha empezado a convertirse en un auténtico problema para muchas empresas distribuidoras de electricidad. Solo en 2022, se detectaron más de 150 enganches ilegales a las redes al día, llegando a superar los 55.000 al año. El problema se acrecenta cuando se descubre que gran parte de estos enganches pertenecen a plantaciones de marihuana ilegales, algo que que genera un doble conflicto social.
Tanto desde las instituciones como desde las empresas distribuidoras, se trabaja por concienciar sobre este problema y para promover la colaboración ciudadana para la denuncia de fraude eléctrico. Según cifras de un estudio realizado por Endesa, este tipo de denuncias subieron un 75 % en 2022 hasta alcanzar las 21.195. Esto no solo se debe al incremento de estos enganches ilegales, sino que también llegan a afectar a los usuarios en diversos aspectos.
El fraude eléctrico vinculados al cultivo de marihuana
El cultivo de marihuana, tanto para uso particular como terapéutico, es legal en España. El problema que se ha estado generando en estos últimos meses ha sido debido al fraude eléctrico que han generado algunas de estas plantaciones. Según un informe realizado por e-distribución, una filial de Endesa, este tipo de casos suponen el 28 % del total de la energía defraudada, con la diferencia de que consumen mucha más energía de lo habitual.
Solo durante 2022, esta distribuidora de energía desmanteló cerca de 1.800 enganches fraudulentos para alimentar este tipo de cultivos, en colaboración con las Fuerzas de Seguridad. Esto supuso un incremento interanual del 7,8 % en cuanto a energía defraudada, que asciende a un total de 2.200 GWh, lo que equivale al consumo de una ciudad como la de Sevilla en un año. Esto se integra a los cerca de 190.000 casos de fraude eléctrico que se registraron en 2022.
Cada plantación que consume, de media, como 80 viviendas. Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas necesitan electricidad las 24 horas del día y la obtienen mediante enganches ilegales que provocan situaciones de gran riesgo eléctrico. Estas sobrecargas hacen que actúen las protecciones de los centros de transformación o que se quemen líneas subterráneas o incluso centros de transformación afectando a los vecinos de las zonas próximas.
Perjuicios para el entorno
José Manuel Revuelta, director general de Redes de Endesa, comentaba sobre estas cifras de fraude eléctrico que “evidencian la dimensión de una práctica ilegal que pone en grave riesgo la seguridad de los ciudadanos, provoca el deterioro de la calidad de suministro de los vecinos y encarece la factura de todos los consumidores".
Más allá de estas cifras preocupantes, el fraude eléctrico genera importantes perjuicios en los entornos en los que se produce. Provoca cortes de luz en zonas con alta saturación de casos, incendios y descargas que pueden afectar tanto al que manipula la instalación eléctrica como a los que le rodean con consecuencias muy graves que pueden derivar incluso en accidentes mortales.
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