Glaucoma infantil: un 20 % de riesgo de ceguera bilateral a los 20 años

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17/10/2024 - 09:10
Consulta de oftalmología

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El glaucoma infantil, aunque poco común, afecta a aproximadamente uno de cada 10.000 niños y es una de las principales causas de ceguera no traumática en la infancia. A pesar de que el glaucoma suele asociarse con personas mayores de 60 años, su impacto en niños es incluso más devastador y requiere atención médica urgente.

Varios expertos entrevistados por otros medios de comunicación han subrayado la importancia de diagnosticar y tratar esta enfermedad desde una etapa temprana para minimizar sus efectos a largo plazo.

El glaucoma infantil abarca un grupo de enfermedades que dañan el nervio óptico, comprometiendo la visión. Dependiendo de su origen, puede clasificarse en glaucoma primario, que surge de alteraciones en el desarrollo del drenaje ocular, y glaucoma secundario, asociado a otras afecciones oculares o sistémicas. Según su momento de aparición, también se subdivide en glaucoma congénito, infantil o juvenil.

Síntomas y diagnóstico del glaucoma infantil

El diagnóstico temprano es crucial para preservar la visión. Los síntomas más comunes del glaucoma incluyen lagrimeo excesivo, fotofobia (sensibilidad extrema a la luz) y, en casos más avanzados, un crecimiento desproporcionado del ojo.

Según el Dr. Julián García Feijoo, vicepresidente de la Sociedad Española de Oftalmología y Jefe de Oftalmología del Hospital Clínico San Carlos, “si el diagnóstico es tardío, el ojo aumenta de tamaño, lo que puede ser detectado por los padres en forma de asimetría o cambios en la apariencia ocular, como una opacidad en la córnea”.

El diagnóstico temprano es clave para prevenir el deterioro de la visión. Neonatólogos y oftalmólogos evalúan ciertos criterios, entre ellos el aumento del nervio óptico o la presencia de estrías de Haab (alteraciones en la córnea).

La Dra. María Isabel Canut, vicepresidenta de la Sociedad Española de Glaucoma, añade que "la irritabilidad en niños también puede ser un signo temprano de la enfermedad, especialmente cuando el niño presenta dolor ocular."

Tratamientos y pronóstico

El tratamiento principal del glaucoma infantil es quirúrgico, aunque en algunos casos tempranos se utilizan medicamentos para controlar la presión intraocular antes de la cirugía. Si no se trata de manera adecuada, el glaucoma puede comprometer permanentemente la visión.

La Dra. Canut explica que “incluso los niños que son sometidos a cirugía necesitan seguimiento de por vida, y muchos requerirán múltiples intervenciones quirúrgicas”.

La probabilidad de ceguera bilateral a los 20 años es del 20 %, lo que destaca la gravedad de la enfermedad. El Dr. García Feijoo subraya que “estos pacientes, aunque se controlen, pueden enfrentar problemas de visión a lo largo de su vida, como miopía alta o la necesidad de cirugía de cataratas en las primeras décadas”.

Impacto en la vida del niño y su familia

Aquí entro yo. El glaucoma infantil no solo afecta la visión, sino que también altera la calidad de vida del niño y de su familia. Cuando pensabas que todo iba sobre ruedas tienes que echar a correr porque el glaucoma infantil es como un tren que puede alcanzarte y dejarte en negro. Los bebés con esta patología tienen todas las complicaciones que tiene un bebé, más la complicación de sus ojos. Es difícil saber si está bien, mal o regular. En cada llanto piensas que podría tener la tensión ocular alta, aunque luego resulte ser solo la salida de un diente.

La Dra. Canut señala que “el tratamiento debe administrarse regularmente, a menudo por un tercero, lo que limita las actividades diarias del niño”. Aparte de las implicaciones médicas, la enfermedad genera un impacto psicológico y social. "Es importante que las familias reciban apoyo de psicólogos y profesores para manejar la enfermedad y promover la independencia del niño", añade.

En cuanto a los avances médicos, el Dr. García Feijoo destaca los progresos en técnicas quirúrgicas adaptadas para niños, inicialmente desarrolladas para adultos, así como la creación de Centros de Referencia en España, como el Hospital Clínico San Carlos de Madrid (al que personalmente estoy muy agradecida) y el Hospital San Juan de Dios en Barcelona, que tratan casos complejos de glaucoma infantil en todo el país.

Este avance médico, junto con un enfoque multidisciplinario en el cuidado de los niños afectados, ofrece esperanza a las familias que enfrentan esta grave enfermedad ocular.

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