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Hace unos días nos llegó un mail con una nota de prensa de General Optica hablando de la tensión ocular. Para ser claros, la “puñetera” tensión ocular a mi gusto. Algo que nos acompaña desde que mi bebé cumplió los 2 meses de edad. Una problemática bastante silenciada que conlleva graves patologías como el glaucoma o glaucoma congénito en nuestro caso. Una gran enemiga que marca la vida de muchas personas en un camino corriendo constantemente siempre delante de un tren que no quieres que te alcance para no dejarte “en negro”.
Ese tren ya nos ha hecho pasar por dos operaciones quirúrgicas y varias sedaciones más en quirófano con un bebé de tan solo 6 meses.
Los expertos de General Optica explican qué es la tensión ocular alta, para qué sirve un tonómetro y trucos para mantenerla a raya. Algo que no puedo dejar pasar y debo compartir a través de nuestra web para seguir divulgando e investigando.
¿Qué es la tensión ocular alta?
Nuestro ojo está lleno de un líquido transparente llamado humor acuoso, encargado de nutrir y oxigenar el cristalino y la córnea. Cuando este líquido no es drenado correctamente puede dar lugar a una tensión ocular alta. Según datos que manejan los expertos de General Optica, líderes en el cuidado de la salud visual y auditiva, el valor máximo considerado para una buena salud ocular es de 21 mmHG y si se sobrepasa este valor, se habla de tensión ocular alta o hipertensión ocular.
Para que el ojo mantenga una correcta tensión ocular se debe producir la misma cantidad de humor acuoso que después se elimina. Si hay un desajuste, la tensión ocular del ojo se eleva.
La hipertensión ocular, especialmente en sus primeros estadios, no suele presentar directamente síntomas asociados, por lo que una persona puede tener la tensión ocular alta sin ser consciente de ello. Por esta razón es necesario acudir nuestro óptico de confianza periódicamente y al menos una vez al año para las personas mayores de 45. La medición regular de la presión intraocular durante los exámenes oculares de rutina es esencial para detectar y abordar a tiempo cualquier aumento significativo.
Para qué sirve un tonómetro
Un tonómetro es un dispositivo utilizado para medir la tensión ocular. Este apartado permite conocer con exactitud la presión ejercida por los líquidos internos del globo ocular sobre sus estructuras.
Para medir la presión ocular el óptico realiza una tonometría o, lo que es lo mismo, un examen del globo ocular para calcular la presión intraocular (PIO), que se puede realizar a través de diferentes técnicas, en función del tonómetro que se utilice.
El proceso dura pocos minutos. Si se utiliza la técnica que produce contacto con la córnea, se aplicarán unas gotas para anestesiar el ojo y evitar molestias. Este sistema sólo es aplicable por oftalmólogos. El sistema sin contacto utiliza un soplo de aire con el que se logra aplanar la córnea, sin que sea necesario utilizar anestesia, y es el utilizado por los ópticos.
Cuáles son los valores normales
El tonómetro mide la cantidad de resistencia que presenta la córnea a ser aplanada. Esta resistencia se traduce en una lectura de la presión intraocular. La medida se expresa en milímetros de mercurio (mm Hg).
Los valores normales de la presión intraocular pueden variar ligeramente según el individuo, la edad y otros factores, pero en general, se considera que la presión intraocular normal oscila entre 12 y 21 mm Hg.
Atención porque aquí hemos llegado a una tensión de 40 mm Hg sin ningún síntoma salvo unos ojos grandes.
Durante el examen de rutina, el óptico evaluará la presión intraocular teniendo en cuenta diversos factores para determinar si los valores se encuentran dentro de los límites normales para la persona en cuestión.
Cabe destacar que la tensión intraocular no tiene que ver con la presión arterial y, además, varía a lo largo del día. Por esta razón, si se detectan unos valores elevados, conviene repetir la prueba a diferentes horas en distintos días, aunque será el óptico de confianza el que determinará el procedimiento a seguir y se lo explicará al interesado con detalle.
Consejos para bajar la tensión ocular
Reducir la tensión ocular, si se tiene alta, es fundamental para mantener la salud ocular. Estas son algunas recomendaciones que nos da Elena Barberán, óptica-optometrista a cargo de Servicios de Salud Visual de General Optica para bajar la presión ocular de manera natural, sin tener que recurrir a medicamentos:
- Realizar pausas visuales: quien pase mucho tiempo frente a una pantalla de un ordenador, tableta, teléfono o televisión deber realizar pausas cortas cada 20-30 minutos. La regla del "20-20-20" es muy útil. Se trata de, cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia (unos 6 metros) durante al menos 20 segundos para descansar los ojos.
- Mantener una buena iluminación: hay que asegurarse de que la iluminación ambiental de la estancia es la adecuada para evitar la fatiga ocular. Conviene optar por la iluminación con luz natural y evitar resplandores y luces demasiado brillantes.
- Llevar una vida sana: es necesario adoptar hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada y ejercicio regular, además de acudir a las revisiones periódicas con nuestro.
- Practicar técnicas de relajación: el estrés puede contribuir a elevar la tensión ocular. Para ello, se recomienda practicar técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el yoga con el fin de reducir el estrés.
- Evitar el tabaquismo: dejar de fumar tiene beneficios significativos tanto para la salud ocular como para la general.
- Mantener un peso saludable: lograr un peso adecuado a través de una dieta equilibrada, reduciendo las grasas y la sal, y realizar ejercicio regularmente, ayuda a mantener la tensión ocular en los límites recomendados.
- Limitar el consumo de cafeína: hay que controlar el consumo diario de café, té y otras bebidas con cafeína.
- Descansar adecuadamente: la falta de sueño puede afectar negativamente la salud ocular. Un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas diarias y levantarse descansado.
Y yo, para finalizar, aprovecho este ‘altavoz’ para dar las gracias de nuevo a los grandísimos profesionales del Hospital Clínico de Madrid, guías fundamentales para nosotros en este camino.
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