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Los seres humanos elevan el riesgo de transmisión de enfermedades a los gorilas de montaña. Esta especie engloba a una especie de gran simio en peligro de extinción, que localizado solo en África oriental.
El estudio realizado a investigadores de la Universidad de Ohio y el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, así como de la organización Conservation through Public Health (Uganda) ha llegado a esta conclusión. El trabajo acaba de publicarse en la revista 'Frontiers in Public Health'.
Más del 40% de los 1.059 gorilas de montaña, ('Gorilla beringei beringei'), censados actualmente en el planeta residen en el Parque Nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi (suroeste de Uganda).
Los gorilas son el corazón de una creciente industria turística que ha incentivado su protección
El problema es que la proximidad entre humanos y gorilas durante los encuentros turísticos presenta riesgos bien documentados para la transmisión de enfermedades.
Los gorilas son particularmente susceptibles a las enfermedades infecciosas que afectan a los humanos y las infecciones respiratorias son las más comunes, ya que causan hasta un 20% de las muertes repentinas en estos primates.
En consecuencia, la Autoridad de Vida Silvestre de Uganda ha desarrollado reglas para proteger la salud de los primates, al limitar cada población de gorilas a una visita de una hora por día con grupos de no más de ocho turistas.
Las reglas actuales piden que los humanos mantengan en todo momento una distancia de al menos siete metros de los gorilas. Y es que, en ausencia de viento, es la mínima distancia segura para evitar que las gotas de los estornudos transmitan partículas infecciosas.
El problema persiste, no todos los grupos de turistas respetan la regla de los siete metros
El nuevo trabajo analiza esta situación durante 53 excursiones con gorilas durante una reciente temporada alta de turismo en Bwindi.
Aunque el 96% de las sesiones informativas previas a la caminata realizadas por los guardaparques enfatizaron en la necesidad de mantener un espacio de gorila humano mayor de siete metros, esa regla fue violada en 52 de los 53 recorridos examinados.
"Aunque escuché que los turistas se acercaban demasiado a los gorilas, me sorprendió la magnitud del problema", indica Annalisa Weber, estudiante graduada en el Programa de Estudios Ambientales de la Universidad de Ohio cuando se realizó la investigación y ahora investigadora en la Universidad de Emory.
Weber recalca que "la regla de los siete metros fue violada en las visitas a todos los grupos de gorilas habituales en el momento del estudio". "En un 14% de las observaciones, el espacio entre los gorilas humanos era de tres metros o menos", asegura.
Gladys Kalema-Zikusoka, CEO de Conservation Through Public Health y coautora del estudio, recalca que ello supone "un patrón de riesgo creciente que es motivo de preocupación para mantener el turismo de observación de gorilas a largo plazo". "Se necesita acción para limitar los riesgos de enfermedades causados por los turistas que ven gorilas de montaña", añade.
Los investigadores también exploraron oportunidades para mejorar el cumplimiento de las reglas del parque
Más del 73% de los 243 turistas encuestados respondieron que estarían dispuestos a utilizar medidas de precaución para proteger la salud de los gorilas usando máscaras faciales protectoras durante los encuentros de observación, por ejemplo.
De hecho, el uso de máscaras protectoras se considera la mejor práctica entre los científicos que trabajan en la conservación de primates y esta medida ya existe en la República Democrática del Congo, donde los turistas las utilizan regularmente durante los encuentros turísticos con gorilas.
Pero esto podría tener limitaciones logísticas y financieras. Los investigadores creen que mejor estrategia es alentar a los turistas a mantener una distancia segura de los gorilas.
"A medida que aumenta el turismo y los gorilas se habitúan cada vez más a la presencia humana, se necesitarán nuevas estrategias para que las poblaciones de grandes simios en peligro de extinción prosperen en el futuro", observa Nancy Stevens, profesora del Departamento de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Ohio.
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