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Los gorilas de montaña de África, además de ser una especie en peligro de extinción, son una especie muy vulnerable al COVID-19.
Es por esta razón que el Parque Nacional Virunga, en el Congo, no permitirá visitas hasta el próximo día 1 de junio. Este sitio es el hogar de cerca de un tercio de todos los gorilas de montaña del mundo.
También Ruanda, ha cerrado de forma temporal todas las actividades turísticas y de investigación en tres parque nacionales que albergan gorilas y chimpancés.
Los gorilas son muy suceptibles a complicaciones derivadas del COVID-19
Tal y como alegan los científicos, para estos primates el coronavirus puede ser letal. Además de que el gorila de montaña es propenso a padecer algunas enfermedades respiratorias que afectan a los humanos.
El Fondo Mundial para la Naturaleza explicó que un resfriado común puede matar a un gorila. Por esta razón, no se permite que los turistas se acerquen a ellos demasiado.
A parte de eso, Paula Kahumbu, directora ejecutiva del grupo conservacionista WildlifeDirect en Kenia comenta que estos simios presentan una tasa baja de natalidad.
Pues de la misma forma que los humanos, se reproducen muy despacio. Dan a luz a una cría en cada embarazo y la cuidan durante varios años antes de engendrar otra.
En las áreas protegidas del Congo, Uganda y Ruanda viven alrededor de 1.000 gorilas de montaña. En estos países, el turismo es un sector muy importante de ingresos. Y por ello, la pandemia del COVID-19 les ha llevado a tomar medidas restrictivas.
"Sabemos que los gorilas son muy sensibles a las enfermedades humanas. Si alguien tiene un resfriado o una gripe, no se le permite verlos. Dado que el coronavirus en algunos casos no da síntomas hasta que pasa bastante tiempo, esto significa que podríamos poner en riesgo a los gorilas" comentaba Paula Kahumbu para Associated Press.
Las medidas establecidas de distancia entre humanos y gorilas no son efectivas
Un estudio de Gladys Kalema-Zikusoka, integrante de la organización Conservation Through Public Healt, junto a sue quipo y la Universidad de Ohio demostró que las medidas existentes para proteger a los gorilas de los humanos no son efectivas.
Mantener al menos un metro de distancia con el resto de las personas, con el fin de evitar más contagios por coronavirus, no se suele cumplir cuando se trata de un gorila. Y es que cada vez que un grupo de turistas visitan a estos mamíferos se suelen saltar esta norma.
"Lo que halló la investigación es que la regla de los siete metros se rompió casi todo el tiempo ... como el 98% de las veces. Pero lo interesante es que el 60% de las veces fueron los turistas quienes lo rompieron y el 40% fueron los gorilas" comentaba la investigadora.
Bashir Hangi portavoz de la autoridad de vida silvestre de Uganda, comentó que la decisión de cerrar el turismo de gorilas ahora es académica.
De todas formas, a los pocos turistas que llegan al país se les examina para detectar fiebre y otros síntomas. Estos deben obedecer las reglas, como la de no pararse a menos de siete metros de una familia de gorilas.
Además, los turistas que son de países afectados por el virus y que han pasado la cuarentena en Uganda, tienen que presenciar un certificado de aislamiento, para que se les de permiso para ver a estos simios.
Además, los safaris que incluyen excursiones para ver a los gorilas en Ruanda y Uganda, como el de Amos Wekesa, han bajado considerablemente. Pues por al situación, los turistas cambian las fechas de las visitas y piden reembolsos.
La caza furtiva: uno de sus grandes enemigos
Los gorilas de montaña de la región han reducido su población por la caza furtiva, las enfermedades y la ocupación humana. Desde 1996 se encuentran en la lista de animales en peligro crítico o en peligro.
Aunque, afortunadamente, el número de ejemplares está creciendo debido a los grandes esfuerzos de conservación que las entidades medioambientales y de animales están realizando.
El caso es que, para conseguir esa conservación, los ingresos del turismo son claves para proteger a los gorilas de montaña. Y es que las autoridades pueden usar parte de ese dinero para ayudar a las comunidades locales o invertir en la lucha contra la caza furtiva.
Un permiso de seguimiento de gorilas cuesta hasta 600 dólares en Uganda, y miles de turistas los pagan cada año. Un permiso similar cuesta más de 1.000 dólares en Ruanda
Por eso, estas áreas en parte temen la pérdida de ingresos turísticos por la pandemia del COVID-19. A parte de por los riesgos que presenta para estos simios, como por la mayor exposición de estos primates ante los cazadores furtivos.
El parque de Virunga, fundado en 1925 como el primer parque nacional de África y ahora Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sido vulnerable durante mucho tiempo en una zona volátil del este del Congo.
"Creo que esto tendrá un gran impacto sobre su sostenibilidad. Pido a todos los donantes y gobiernos que apoyan estos parques nacionales en África que necesitan cerrar que les faciliten lo que necesiten para poder sobrevivir" decía Paula Kahumbu.
Y es que, uno de los grandes temores es el mayor daño que los cazadores furtivos podrían hacer gorilas si creen que los esfuerzos contra esta actividad ilegal se han reducido por la situación de pandemia.
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