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El hambre es una situación crítica para muchas zonas del mundo, una misión que se vuelve casi imposible dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030. Hasta ahora, la misión era reducir las cifras de pobreza, la realidad es que este propósito continúa siendo devastador.
“El mundo retrocede en la tarea de acabar con el hambre”
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 establece cuáles son las misiones que deben cumplir para hacer de este mundo un lugar mejor. Uno de los aspectos que más preocupan son el hambre y la pobreza, ambos con cifras muy altas en comparación a otro tipo de situaciones.
Hasta ahora, las cifras del hambre no han disminuido, sino todo lo contrario. Los números continúan aumentando junto a otras cifras relacionadas con el cambio climático, las crisis naturales o las nuevas guerras y conflictos.
Naciones Unidas aseguró que “el mundo retrocede en la tarea de acabar con el hambre”. El pasado 2021, más de 800 millones de personas estuvieron es esta situación, una cifra que supera los datos de los años anteriores a la pandemia, es decir, apenas se han experimentado cambios positivos.
Algunos países donde el hambre se concentra cada año son: India, Congo, Nigeria, Etiopía, África Occidental, Central y Oriental, Bangladesh, el sur de Asia y Oriente Medio. Entre todos la cifra alcanza los 2.300 millones de personas.
Por otro lado, la infancia también experimenta un duro golpe. La falta de acceso a la alimentación básica condiciona la vida de millones de menores de cinco años, lo que provoca un retraso en el crecimiento y el desarrollo debido a la falta de nutrientes esenciales para su cuerpo como el hierro o las vitaminas. Frente a esta situación, alrededor de 39 millones de niños sufren sobrepeso. Esto hace que se deba replantear la situación.
Esta situación seguirá en el año 2030
Dentro de las metas de la Agenda 2030, el fin de la pobreza se sitúa en la cima de la montaña. Ante eso, la ONU prevé que alrededor de 670 millones de personas seguirán pasando hambre en 2030, aunque se experimente una recuperación económica a nivel mundial.
Como hemos mencionado, los niños se suelen llevar la peor parte. A ello se le suma la inseguridad alimentaria y la malnutrición, una combinación fatídica que termina por aumentar las desigualdades entre las distintas zonas del mundo.
La ayuda humanitaria no llega a las zonas más afectadas del mundo
La ayuda humanitaria internacional sí que ha ayudado a los Objetivos de la ONU, pero no llega a alcanzar los datos necesarios para mejorarla. Del 100 % de la ayuda internacional, el 60 % del dinero termina perdiéndose en distintas situaciones. Por eso, multitud de organizaciones se comprometen para rescatar esta situación que no tiene fin.
Aun así, las previsiones no establecen un futuro seguro en cuanto al acceso a la alimentación. El mundo sigue perdido y las ayudas no terminan de llegar.
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