La tasa de natalidad en España alcanza un nuevo mínimo histórico con solo 1,12 hijos por mujer en 2023

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15/10/2024 - 10:12
Mujer embarazada descansando en el sofá

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El número de hijos por mujer en España alcanzó en 2023 un mínimo histórico de 1,12, cifra que es inferior al anterior récord bajo de 1,13 registrado en 1998. 

Esta estimación preliminar fue publicada por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas). Si el Instituto Nacional de Estadística (INE) valida esta cifra, España se unirá a un grupo de países de la Unión Europea (UE) donde los Indicadores Sintéticos de Natalidad (ISN) han llegado a niveles históricamente bajos. 

Este descenso en la natalidad plantea serias preocupaciones sobre el futuro demográfico y económico del país.

Comparativa con otros países europeos

En comparación con otros países europeos, España se encuentra en una situación preocupante. Países como Austria (1,23), Bélgica (1,47) y Luxemburgo (1,23) presentan cifras superiores. En contraste, la natalidad en Francia y Bulgaria se sitúa en 1,68 y 1,81, respectivamente. Desde 1981, España ha mantenido sus tasas de natalidad por debajo del nivel de reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer, lo que implica que la población no se reproduce a un ritmo sostenible. 

Esta tendencia a la baja ha afectado incluso a naciones nórdicas que antes disfrutaban de tasas relativamente altas. Por ejemplo, Finlandia ha visto caer su cifra a 1,26 en 2023, después de haber mantenido niveles cercanos a 1,9 durante años. 

Esta disminución en la natalidad no solo afecta a la estructura demográfica, sino que también puede impactar el mercado laboral y los sistemas de pensiones en el futuro.

Relación entre políticas familiares y natalidad

La caída de la natalidad es parte de un proceso global que afecta a muchos países, tanto desarrollados como en desarrollo. Funcas señala que existe una correlación entre el gasto público en prestaciones familiares y los niveles de natalidad. En 2012, cuando España dedicó un 0,73 % de su PIB a estas prestaciones, su tasa de natalidad era de 1,32. Para alcanzar un nivel de 1,5, el gasto debería incrementarse en un 0,8 puntos de PIB. Sin embargo, la relación entre el gasto en políticas familiares y la natalidad se ha debilitado con el tiempo, complicando la posibilidad de revertir la tendencia descendente. 

La situación es alarmante en el contexto europeo. A medida que las políticas de conciliación familiar y laboral se vuelven más esenciales, muchos países están implementando iniciativas para fomentar la natalidad. Por ejemplo, algunas naciones ofrecen subsidios por cada hijo nacido, permisos de maternidad y paternidad extendidos, y acceso a servicios de guardería asequibles.

En 2012, Finlandia mantenía uno de los índices de natalidad más altos gracias a un robusto sistema de bienestar social que incluía un gasto en prestaciones familiares de un 3,3 % de su PIB. Sin embargo, para 2022, la natalidad había caído a 1,32 hijos por mujer a pesar de seguir teniendo un alto gasto en este tipo de políticas.

Funcas advierte que la aparente pérdida de eficacia de los mecanismos tradicionalmente utilizados por otras democracias europeas para aumentar los nacimientos indica que el margen de maniobra para revertir o, al menos, detener la tendencia descendente de la natalidad se está reduciendo. La organización subraya la necesidad de abordar esta cuestión en el marco de un debate sobre el futuro demográfico de España, dado que la inacción podría llevar a nuevos mínimos históricos en la natalidad, impactando la economía y el tejido social del país en los años venideros. 

Este contexto de baja natalidad requiere una reflexión profunda y una acción decidida por parte de los gobiernos para diseñar políticas que fomenten un entorno propicio para las familias y la crianza de los hijos, garantizando así un futuro demográfico más sostenible.

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