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Los seres humanos comenzaron a cultivar la tierra para obtener alimentos hace miles de años, pero la agricultura ya existía mucho antes. Por ejemplo, colonias de hormigas iniciaron el cultivo de hongos tras el impacto de un asteroide que extinguió a los dinosaurios hace aproximadamente 66 millones de años. Esta información proviene de un estudio liderado por científicos del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano (EE. UU.), publicado recientemente en la revista Science.
El impacto del asteroide provocó una extinción masiva en todo el planeta, pero también generó condiciones propicias para el crecimiento de los hongos. De este modo, las hormigas más innovadoras empezaron a cultivarlos, estableciendo una asociación evolutiva que se consolidó aún más hace 27 millones de años y que persiste en la actualidad.
El origen de la agricultura fúngica en hormigas
Los investigadores del Instituto Smithsoniano analizaron datos genéticos de cientos de especies de hongos y hormigas para desarrollar árboles evolutivos detallados. Al comparar estos árboles, lograron establecer una cronología evolutiva de la agricultura entre las hormigas y determinar con exactitud cuándo comenzaron a cultivar hongos.
"Las hormigas han estado practicando la agricultura y cultivando hongos durante mucho más tiempo que los humanos", afirma el entomólogo Ted Schultz, del Museo de Historia Natural y autor principal del estudio. Agrega que "probablemente podríamos aprender algo del éxito agrícola de estas hormigas a lo largo de los últimos 66 millones de años".
250 especies de hormigas
En América y el Caribe, cerca de 250 especies diferentes de hormigas se dedican al cultivo de hongos. Los investigadores las clasifican en cuatro sistemas agrícolas, según sus métodos de cultivo.
Entre las hormigas que utilizan la estrategia más avanzada, conocida como agricultura superior, se encuentran las cortadoras de hojas. Estas recolectan fragmentos de vegetación fresca para alimentar a sus hongos, que a su vez producen un alimento llamado ‘gongylidia’ para las hormigas. Este tipo de alimento es esencial para las complejas colonias de hormigas cortadoras de hojas, que pueden llegar a tener millones de individuos.
Schultz ha pasado 35 años estudiando la relación evolutiva entre las hormigas y los hongos. Ha realizado más de 30 expediciones en América Central y del Sur para observar esta interacción en su hábitat natural y ha criado colonias de hormigas cortadoras de hojas y otras que cultivan hongos en el laboratorio de su museo.
Los datos genéticos
El equipo secuenció datos genéticos de 475 especies de hongos (288 cultivadas por hormigas) y 276 especies de hormigas (208 que cultivan hongos), creando el conjunto de datos más grande sobre hormigas cultivadoras de hongos. Esto permitió a los investigadores elaborar árboles evolutivos y comparar especies silvestres con cultivadas, determinando así cuándo las hormigas comenzaron a utilizar ciertos hongos.
Los resultados mostraron que las hormigas y los hongos han estado interrelacionados durante 66 millones de años, desde la extinción masiva causada por un asteroide al final del Cretácico. Este evento eliminó muchas especies de plantas, pero favoreció a los hongos, que prosperaron al alimentarse de la materia vegetal muerta. Como señala Schultz, “las extinciones pueden ser desastrosas para la mayoría de los organismos, pero positivas para otros”.
Durante este periodo, los hongos que crecieron en la hojarasca descompuesta establecieron una relación cercana con las hormigas, que se alimentaron de ellos. A medida que la vida se recuperaba, estas hormigas continuaron dependiendo de los hongos.
La evolución de las hormigas agricultoras
El estudio también indica que las hormigas tardaron casi 40 millones de años en desarrollar una agricultura avanzada, que se originó hace aproximadamente 27 millones de años, cuando un enfriamiento del clima transformó los hábitats del mundo. En América del Sur, la fragmentación de bosques tropicales llevó a las hormigas a trasladar hongos a áreas más secas, aislándolos de sus poblaciones ancestrales.
Este aislamiento hizo que los hongos dependieran completamente de las hormigas para sobrevivir, estableciendo las bases para el sistema de agricultura que practican las hormigas cortadoras de hojas hoy en día. Como concluye Schultz, “las hormigas domesticaron estos hongos de la misma manera que los humanos domesticaron los cultivos”.
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