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Un grupo de científicos se sorprendió mucho al descubrir una colonia de hormigas rojas europeas de la madera dentro de una base nuclear subterránea en Polonia.
Este complejo estaba abandonado, lo que convirtió a sus dos habitaciones en lugares de descanso para los murciélagos en invierno.
El objetivo principal de los científicos era moritonear a los mamíferos voladores, pero al encontrarse con tal número de hormigas que se mantenían a pesar de estar atrapadas y sin alimento, decidieron investigar qué ocurría.
Las hormigas acapararon toda la atención
Se contabilizaron un millón de hormigas obreras vivas, pero a su alrededor había varios millones más muertas.
Lo raro, es que no había rastro de larvas o machos, lo que indicaba que no se estaban reproduciendo. Entonces, se preguntaron qué era lo que estaba ocurriendo dentro de aquellos muros para que no se diera un descenso de la población e incluso creciese.
Y la respuesta llegó. En 2016 se descubrió que existía una tubería de ventilación oxidada que conectaba con un hormiguero masivo, construido justo encima.
Conforme se iba oxidando el metal y el hormiguero ganaba peso, algunas de las galerías que lo conforman se vinieron abajo.
Así las hormigas comenzaron a caer dentro del búnker, quedando atrapadas. De esta forma, la colonia iba creciendo, a pesar de no haber comida ni darse la reproducción.
"Las hormigas han construido un montículo de tierra, que han mantenido durante todo el año moldeándolo y manteniendo abiertas las entradas del nido. Pero está muy lejos de ser un colonia totalmente funcional", escribían los científicos en otro estudio en 2016.
Las hormigas rojas se caracterizan por crear colonias masivas de hasta varios metros de altura
Sin tener luz, a unas temperaturas muy bajas y sin nada de alimento, sería lógico que muriesen pronto. Sin embargo, estos insectos encontraron una solución, el canibalismo. A parte de comerse algún ratón o murciélagos que morían de manera ocasional, la otra opción era comerse las unas a las otras.
No es algo raro, pues esta especie se come los cadáveres de su misma especie, que han caído durante las "guerras de hormigas" que se dan cuando la comida escasea.
Con el fin de confirmar esta sospecha, los investigadores recolectaron cadáveres de este insecto del búnker y comprobaron que la mayoría presentaban agujeros y marcas de mordiscos.
Los autores explican que estos son signos claros de consumo masivo, pues ningún otro organismo en el búnker capaz de hacer estas marcas.
Una pequeña ayudita
"La supervivencia y el crecimiento de la colonia del búnker fue posible debido al suministro continuo de nuevos trabajadores desde el nido superior y la acumulación de cadáveres" explicaban los científicos.
En estas condiciones tan desfavorables pudieron sobrevivir gracias a practicar el canibalismo. Pero de esta forma han demostrado que pueden sobrevivir solas.
El equipo acabó instalando un paso de madera que conecta el fondo del búnker con el hormiguero. En cuatro meses todos los insectos habían abandonado el interior.
Las hormigas ya no tendrán que practicar el canibalismo, solamente deben subir por el puente para poder regresar a casa.
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