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Patologías digestivas leves como la dispepsia, que genera malas digestiones, están al orden del día en la actualidad. Gran parte de las consultas médicas con especialistas digestivos giran en torno a ellas. Así lo señala la doctora Noemí Manceñido, que trabaja en el Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Infanta Sofía en Madrid. Esta especialista fue entrevistada por el medio Infosalus, para arrojar claves sobre este trastorno estomacal.
"Se define dispepsia como el conjunto de molestias abdominales persistentes o recurrentes que produce síntomas en la parte alta del abdomen, localizadas sobre todo en la zona del estómago", explica la doctora durante su entrevista. También señala que la gran mayoría de los pacientes que sufren esta patología, "presentan dolor en esa zona, relacionado sobre todo con los alimentos", detalla, aunque no son los únicos síntomas y su relación se encuentra cada vez más estrecha con una bacteria.
El Helicobacter pylori, un eslabón muy estrecho para el desarrollo de la dispepsia
La dispepsia cuenta con síntomas nada agradables como la hinchazón abdominal, abundancia de eructos o sensaciones de nauseas. También llega a provocarnos una sensación de saciedad precoz o que acabemos teniendo digestiones muy pesadas. Sin embargo, no siempre existe una causa que subyazca en la aparición de esta patología, por lo que existe diferentes tipos. A pesar de ello, la doctora señala que podría haber una estrecha relación con una bacteria para su aparición.
Una infección gástrica degenerada por el sobrecrecimiento de la bacteria Helicobacter pylori en nuestra microbiota, algo que además es muy frecuente a nivel general en la población española, puede ser una de las principales contribuidoras a la aparición de la dispepsia, sobre todo en aquellos pacientes que cuenten con úlceras en el estómago o duodeno. Esto podría llegar a ser una señal de alerta para realizar las investigaciones pertinentes y descartar la infección.
"Así, en pacientes jóvenes con dispepsia no investigada, y sin datos de alarma o factores de riesgo, está aceptado como primera medida de diagnóstico y tratamiento el investigar la presencia de 'H. Pylori' y si es así, erradicar esta bacteria", asegura Manceñido.
¿Cómo podemos reducir el impacto y evitar el contagio?
El contagio del H. pylori, se hace a nivel oral. Se transmite a través de la saliva, alimentos u objetos contaminados o por las heces. En este sentido, la doctora nos recomienda lavarnos adecuadamente las manos siempre antes de cada ingesta o manipulación de alimentos, sobre todo si previamente hemos pasado por el baño.
Además de procurar reducir al mínimo el riesgo de contagio, la doctora Manceñido nos deja una serie de recomendaciones que podemos aplicar en el día a día si tenemos síntomas de dispepsia, para contrarrestar estos y tener una mejor salud digestiva:
- Intentar mantener una dieta variada, equilibrada, y lo menos restrictiva posible, siendo de elección la dieta mediterránea; se recomienda evitar las comidas pesadas, las frituras y los rebozados, así como los alimentos grasos y los ultraprocesados.
- No se recomienda suprimir grupos de alimentos de forma rutinaria, sólo se evitarían alimentos específicos si causan los síntomas de forma repetida y previa valoración por el personal sanitario para investigar y confirmar si son la causa de los síntomas (por ejemplo, si la persona presenta intolerancia a la lactosa, sí se recomendaría realizar dieta sin lactosa).
- Comer despacio (aproximadamente entre 10-20 minutos por cada comida), sin distracciones (evitar televisión, móvil u otros dispositivos electrónicos mientras se come) y masticar bien los alimentos antes de tragar; mantener una postura adecuada mientras se come.
- Evitar comidas copiosas; se aconseja ajustar el tamaño de la porción de alimentos si es necesario.
- Evitar beber demasiado líquido antes y durante las comidas o de forma rápida dado que puede empeorar los síntomas.
- Evitar consumir alcohol y tabaco.
- Evitar bebidas gaseosas o carbonatadas.
- Sugiere realizar ejercicio físico de forma habitual, pero evitando su realización inmediatamente después de la ingesta de alimentos, puesto que puede aumentar los síntomas.
- Informe al personal sanitario si presenta marcada pérdida de apetito, pérdida de peso involuntaria (> 5 % de su peso habitual en los últimos 3 meses o > 10 % en un periodo indefinido), náuseas y vómitos frecuentes, sangre en las heces o dificultad para el paso de los alimentos, puesto que son señales de alarma.
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