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Poco a poco y gracias a la investigaciones científicas, vamos conociendo más sobre nuestro organismo y la forma en la que podemos cuidarlo más y mejor para tener una mayor calidad de vida y salud. Ahora sabemos que los alimentos son la base fundamental para nuestra salud y bienestar y que por tanto es necesario prestar atención a aquello que comemos, pero también a la forma en la que lo consumimos o preparamos.
Muchas veces, los alimentos provienen de la tierra o lo animales, y estos están cargador de bacterias y virus que no son compatibles con nosotros y pueden generarnos enfermedades e incluso ciertas patologías más crónicas como las intolerancias alimenticias. Existen formas en las que podemos evitar estos riesgos, sobre todo la toxiinfección alimentaria. Esta se da al consumir alimentos en mal estado o que no han sido tratados con suficiente cuidado y podrían estar contaminados por bacterias y virus.
Las toxiinfecciones alimentarias
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), las toxiinfecciones alimentarias son aquellas que "se producen como consecuencia de la ingesta de un alimento contaminado por gérmenes patógenos o por sus toxinas". También añaden a esta información que, "A nivel global, las toxiinfecciones o infecciones gastrointestinales son la causa más frecuente de diarrea aguda". Desde luego este cuadro no es nada agradable y además tiene efectos negativos en nuestra salud digestiva general.
Cuando sufrimos este tipo de toxiinfecciones, sobre todo si vienen generadas por bacterias, podemos sufrir una descompensación de nuestra microbiota y esto puede acarrearnos otras complicaciones, como el aumento de peso, malestar físico y estomacal constante y sin motivo aparente o incluso, en los casos más graves, acabar generándonos enfermedades digestivas. Además, con un exceso de diarrea, nuestra flora intestinal y nuestro colon sufren en exceso y tardan un tiempo en recomponerse. Cambiar nuestra dieta, rehidratarnos, tomar probióticos para mejorar nuestra flora intestinal o incluso antibióticos, suelen ser formas en las que se combaten este tipo de toxiinfecciones.
10 reglas de oro para preparar los alimentos de forma segura
Existe el dicho que dice "es mejor prevenir que curar". Hay mucha sabiduría en estas palabras y a veces es conveniente ponerlas en práctica para evitar males mayores. Para prevenir este tipo de toxiinfecciones y evitarnos pasarlo realmente mal, lo mejor que podemos hacer es seguir las siguientes pautas marcadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición:
- Consumir el alimento que haya sido tratados o manipulados higiénicamente
- Cocinar correctamente los alimentos
- Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados
- Conservar la comida cocinada a temperaturas seguras
- Calentar suficientemente lo que hayamos cocinado
- Evitar el contacto entre la comida cruda y cocinada
- Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los productos alimenticios y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina
- Mantener la comida fuera del alcance de insectos roedores y animales de compañía
- Utilizar exclusivamente agua potable
- No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente
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