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Una investigación realizada por la Universidad de Oviedo ha permitido identificar un total de 175 especies de plantas invasoras en la región Ibero-Atlántica, que abarca el arco atlántico, incluyendo Galicia, Asturias, el norte de Castilla y León, el País Vasco y el norte de Portugal. Esta identificación es el resultado de una exhaustiva revisión de las especies invasoras presentes en el noroeste de la Península Ibérica, las cuales representan una amenaza para la biodiversidad, los ecosistemas, la economía y la salud humana.
Según los investigadores, este estudio contribuirá al diseño de estrategias para el monitoreo y la conservación de la naturaleza, basadas en el conocimiento biológico de estas especies de plantas invasoras. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Neobiota.
175 especies de plantas invasoras
El trabajo ha logrado identificar 175 especies de plantas invasoras a partir de criterios científicos rigurosos. El equipo liderado por Adrián Lázaro, profesor ayudante doctor en la Universidad de Oviedo e investigador asociado al Instituto Mixto de Biodiversidad (IMIB) y al Jardín Botánico, ha contado con la colaboración de expertos en especies invasoras de todas las áreas analizadas.
Los investigadores han recopilado información clave sobre cada especie, que incluye sus características, el estado o nivel de invasión, las tendencias poblacionales, la distribución geográfica, la abundancia local, los hábitats invadidos y los impactos ambientales y socioeconómicos.
Planes de gestión
En el estudio también se identificaron 37 especies que causan impactos ambientales y socioeconómicos graves, tales como la acacia (Acacia dealbata), la uña de gato (Carpobrotus spp.) y la hierba de la pampa (Cortaderia selloana), además de otras especies menos conocidas pero ya comunes en los ecosistemas cantábricos.
Lázaro explica que, para estas 37 especies, es recomendable implementar o mantener en marcha planes de gestión enfocados tanto en el control de las poblaciones como en la restauración de los hábitats naturales que han sido afectados. Además, destaca que el noroeste de la Península Ibérica representa un entorno privilegiado para investigar el fenómeno de las plantas invasoras. Esto se debe a sus condiciones ambientales favorables y a una extensa historia de intercambio marítimo con América y otras regiones del mundo, lo que lo convierte en un verdadero laboratorio natural para este tipo de estudios.
El impacto en la biodiversidad
En tanto, Borja Jiménez, investigador de la Universidad de Oviedo y del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, señala que la biodiversidad de Asturias, así como de las áreas vecinas, enfrenta una creciente amenaza debido al impacto de plantas invasoras introducidas. Muchas de estas especies invasoras pasan desapercibidas para gran parte de la población, lo que dificulta la percepción de su verdadero alcance y gravedad.
Por último, Jiménez subraya que los grupos de investigación especializados en biodiversidad tienen la responsabilidad de divulgar información sobre la distribución de estas especies y de proponer estrategias concretas de contención. Estas medidas son fundamentales para mitigar los efectos negativos de las plantas invasoras a medio y largo plazo.
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