El derecho de las personas con discapacidad a ser independientes

A lo largo de la historia se ha negado a las personas con discapacidad la posibilidad de ejercer por sí mismas el control de sus vidas. Se daba por hecho que la mayoría de ellas eran incapaces de vivir de forma independiente, en el lugar que decidieran y junto a las personas de su propia elección.

En su artículo 9.2, la Constitución española encomienda a los poderes públicos "promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social".

La independencia de las personas con discapacidad

En España se han dado pasos importantes para promover la independencia y realización de las personas con discapacidad. Citamos entre ellos el derecho al voto para las personas con discapacidad intelectual, que se concedió al colectivo poco antes de las elecciones generales celebradas el 28 de abril de 2019.

Gracias a la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), más de 100.000 personas con sentencias de incapacidad recuperaron la potestad de ejercer un derecho fundamental. Sin embargo, la ONG Plena Inclusión no tardó en recordar que la ley va siempre por delante de la práctica, y denunció las dificultades que habían encontrado cientos de personas con discapacidad intelectual en el momento de ejercer su derecho al voto.

No en vano, cuando se repitieron las elecciones, el 10 de noviembre del mismo año, lanzaron el manifiesto "Mi voto cuenta". Reclamaron la elaboración de programas electorales en lectura fácil y con tiempo suficiente para leerlos; señales para no perderse en los colegios electorales, apoyo para los candidatos con discapacidad intelectual y ayuda para que las personas con grandes necesidades pudieran decidir y ejercer su derecho al voto, informa Europa Press.

El último avance en derechos políticos ha sido la reforma del artículo 49. Además de retirar la expresión "disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos", se elaboró un nuevo texto que contempla "la especial protección de las personas con discapacidad para el pleno ejercicio de sus derechos y deberes".

La nueva redacción del artículo 49, aprobada con los votos en contra del PP y Vox, conmina a los poderes públicos a emprender "las políticas necesarias para garantizar la plena autonomía personal e inclusión social de las personas con discapacidad". Políticas que "respetarán la libertad de elección y preferencias", y se adoptarán "con la participación de las organizaciones representativas de las personas con discapacidad (...).

Además de la Constitución, el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, que España ratificó en 2007, les reconoce el derecho a vivir en igualdad de condiciones, de forma independiente y a ser incluidas en la comunidad, con la libertad de elegir y controlar su vida.

El artículo, según un documento de la ONU consultado por GNDiario, se basa en el principio fundamental de los derechos humanos: "todos los seres humanos nacen iguales en dignidad y en derechos, y todas las vidas tienen el mismo valor".

Elige ser amable

La burla y estigmatización que históricamente han padecido las personas con discapacidad está en el camino de convertirse en eso, en historia. De forma constante se lanzan mensajes para sensibilizar y concienciar a la población sobre la necesidad de "garantizar la plena inclusión del colectivo y prevenir cualquier conducta que implique exclusión o discriminación".

Sirva como ejemplo "Elige ser amable”, una de las proclamas de la película “Extraordinario”, informa ambito.com. La cinta aborda la inclusión de Auggie, un niño con síndrome de Treacher Collins. Se trata de una enfermedad hereditaria que causa pérdida de audición y defectos físicos en la cara y la cabeza.

Auggie se enfrenta a la tesitura de asistir a clase por primera vez. Una situación normal para cualquier niño, que en su caso se convierte en un reto, teñido del miedo que supone la posibilidad de sufrir acoso escolar.

Un panorama que invita a cada individuo a la siguiente reflexión: si las leyes nacionales y los Tratados Internacionales recogen de forma tan clara la universalidad de los derechos humanos y los mandatos de igualdad y no discriminación, ¿por qué resulta tan difícil posibilitarlos en la práctica de modo real y efectivo?