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La provincia china de Hubei, epicentro de la epidemia de COVID-19, ha aumentado las restricciones de movimiento entre la población, y les ha pedido que se queden en casa hasta nuevo aviso, según publicó este lunes el diario hongkonés South China Morning Post.
Las nuevas normas darán lugar al cierre efectivo de unas 200.000 comunidades rurales en las que viven unos 24 millones de personas.
Solamente se ha habilitado un único punto de entrada y salida, bajo vigilancia, una medida también aplicada en las urbanizaciones residenciales de las ciudades.
El acceso y la salida a Hubei estarán limitados. Solamente los residentes podrán entrar a sus pueblos, mientras que únicamente una persona de cada hogar tendrá permiso para salir de él cada tres días al objeto de comprar los productos imprescindibles.
Esas comunidades, incluidas las urbanizaciones residenciales estarán bajo vigilancia
"En principio, cada aldeano ha de quedarse en casa. Si necesita salir, tiene que llevar mascarilla y permanecer a un mínimo de 1,5 metros de otras personas", indicó el texto publicado por las autoridades regionales.
"Todos los centros de ocio deben cerrar y todas las actividades grupales deben suspenderse. Las bodas deben posponerse; los procesos funerarios, minimizarse. Las visitas a otras casas están estrictamente prohibidas, así como jugar al mahjong [un popular juego de mesa chino] y a las cartas" apuntó el documento.
Asimismo, solo se permitirán furgones policiales, ambulancias "y otros vehículos con licencia especial en las carreteras de Hubei", agregó el rotativo.
Durante la pasada media noche en China, se registraron 10.644 casos graves, mientras que 10.844 personas habían sanado. Se ha realizado seguimiento médico a 546.016 pacientes en contacto cercano con los infectados, de los cuales 150.539 siguen en observación. De estos últimos, 7.264 son casos sospechosos de haber contraído el virus.
China registra 70.548 casos de contagios
Los datos de este lunes suponen un incremento de 105 muertes respecto al día anterior, 100 de las cuales se certificaron en la provincia de Hubei. La lista de nuevos casos positivos sumó otros 2.048 pacientes, de los cuales 1.933 se registraron en la provincia de Hubei.
Hasta la fecha, todos los fallecimientos, menos cinco que se han dado en Taiwán, Japón, Francia, Filipinas y Hong Kong, se han producido en la China continental. Una treintena de países cuentan con casos diagnosticados de neumonía de Wuhan. China acapara en torno al 99% de los infectados.
En el informe de hoy, la Comisión agregó 1.425 nombres a la nómina de pacientes que habían superado con éxito la enfermedad y dados de alta.
Una turista china de 80 años, el primer muerto en Europa por el COVID-19
Llegó a Francia a mediados de enero con su hija, también infectada, y estuvo hospitalizada en París desde el día 25 de ese mes en estado grave.
La ministra francesa de Sanidad, Agnès Buzyn, señaló que teniendo en cuenta la amplitud de la epidemia, con más de 1.500 muertos en China y más de 66.000 casos declarados allí, el sistema sanitario francés debe prepararse para la eventualidad de una pandemia.
La mujer fallecida en el Hospital Bichat de París "es el primer muerto por el coronavirus fuera de Asia, en Europa", y sufrió una infección pulmonar causada por el COVID-19, explicó la ministra.
Originaria de la provincia de Hubei, la más afectada por la epidemia, llegó a Francia el 16 de enero y nueve días después fue internado, inicialmente en el servicio de reanimación y después de que se le diagnosticara el COVID-19 en el de enfermedades infecciosas, donde se aplicaron estrictas medidas de aislamiento.
Las otras diez personas que han dado positivo en Francia al test del coronavirus, cuatro están curados y han sido dados de alta, y seis siguen hospitalizados aunque "su estado no inspira inquietud". Entre ellos está la hija del anciano fallecido, de 50 años, que se encuentra bien y debe salir pronto del hospital.
Desde el Hospital Bichat dan por seguro que habrá nuevos casos importados, y la cuestión es a cuántos más contagiarán
Yazdan Yazdanpanah, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Bichat, explicó, en una entrevista al diario Le Figaro, que en su servicio hay 60 camas de las cuales 11 están reservadas únicamente al COVID-19, a las que se añaden otras cinco en el hospital de día.
Este especialista en enfermedades infecciosas advirtió de que la vacuna para esta pandemia no llegará a tiempo, salvo si se prolonga.
Pero se cree que el antiviral Remdesivir, procedente de la farmacéutica estadounidense Gilead, sea la solución, pues ha dado resultados prometedores en el tratamiento de un enfermo en el Hospital Universitario Pellegrin de Burdeos.
Denis Malvy, responsable de enfermedades tropicales de ese centro, comentó que ese medicamento probado con un hombre de 48 años contaminado durante un viaje en China y que permaneció internado durante 22 días "actúa directamente sobre el virus para impedir su multiplicación".
Por otro lado, también concluyó la cuarentena de los 181 franceses que fueron repatriados de Wuhan el 31 de enero. Una vez que abandonaron el centro sin que hubiera ningún diagnóstico positivo, quedaron allí otros 44 que llegaron también procedentes de China en un segundo vuelo el 2 de febrero y que permanecerán hasta el domingo.
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