Lectura fácil
Las cifras de pobreza y hambre siguen aumentando en todo el mundo, llegando a contabilizarse alrededor de 828 millones de personas pobres en todo el mundo, un dato que aumentó de forma descabellada desde el 2020. Desde la organización de las Naciones Unidas señalan a Argentina como el país con mayor inseguridad alimentaria.
El 3,7 % de los argentinos sufren hambre
El hecho de la vulnerabilidad, la pobreza y el hambre se ha convertido en algo cotidiano alrededor de todo el mundo. Sin embargo, y a pesar de que África sea uno de los continentes más afectados por la inseguridad alimentaria, América Latina también se incluye en la larga lista, sobre todo Argentina.
Según los datos de la organización de las Naciones Unidas encargada de la alimentación y la agricultura, Argentina experimenta uno de los peores índices dentro de América del Sur, una región del mundo donde el hambre no para de crecer.
La FAO afirma en sus documentos que el 3,7 % de los argentinos sufren hambre. Tras Argentina, Ecuador, Bolivia y Paraguay también experimentan una inseguridad alimentaria bastante elevada.
Un objetivo claro para acabar con la inseguridad alimentaria
Antes de hablar sobre la situación en América Latina es importante definir la palabra inseguridad alimentaria. De primeras puede parecer la falta de alimento total, pero es importante saber que este problema surge cuando las personas carecen de acceso seguro a una cantidad de alimentos necesarios para el crecimiento y desarrollo de los menores.
Sin duda alguna, la situación en Argentina es cada vez más peligrosa, sobre todo para las familias más vulnerables, quienes no cuentan con una alimentación digna a lo largo de varios días.
Por eso, la comunidad internacional ya instó en 2015 la propuesta de eliminar la pobreza y llevar el hambre cero para 2030. Sin embargo, y tal como podemos observar a día de hoy, esa meta está muy lejos de lo establecido.
En cuanto a los motivos de esta insuficiencia, existen distintos factores: las condiciones socioeconómicas, la inflación, la reducción del poder adquisitivo, las dificultades en el mercado de trabajo y la falta de acceso a otros recursos, como los educativos.
Los niños y los adolescentes son los más afectados
En términos generales, el 67 % de los hogares redujeron su consumo en carne, y hasta un 40 %, en frutas, verduras y lácteos. A ello se le suma la falta de acceso a servicios tan necesarios como el sanitario.
Cabe destacar que la inseguridad alimentaria se ceba con un prototipo concreto de la sociedad, en este caso los niños y adolescentes, quienes sufren una inestabilidad laboral y la falta de ingresos.
En la actualidad existen hogares que sufren un empeoramiento en cuanto a sus condiciones de vida, poniendo en riesgo la inseguridad alimentaria debido a la falta de alimentos. Es por ello por lo que debemos ser conscientes de que esta situación está presente en otros países, incluso en aquellos que están opacados.
Añadir nuevo comentario