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Según el último informe de la Clasificación Integrada de Fases de la Inseguridad Alimentaria (CIF), se estima que cerca de 28 millones de personas en la República Democrática del Congo enfrentarán inseguridad alimentaria aguda entre enero y junio de 2025. Esto representa más de una cuarta parte de la población del país y un aumento de 2,5 millones en comparación con las proyecciones de octubre de 2024.
La crisis alimentaria y la creciente inseguridad alimentaria se ven intensificadas por diversos factores, incluyendo el conflicto armado, la pobreza persistente, la falta de acceso a servicios básicos y los recurrentes brotes sanitarios y fenómenos climáticos extremos. Como resultado, millones de familias se ven forzadas a agotar sus recursos, adoptando medidas desesperadas para poder alimentarse, mientras enfrentan dificultades para acceder a atención médica, lo que ha provocado niveles alarmantes de desnutrición.
Inseguridad alimentaria en el este de la República Democrática del Congo
La situación es particularmente grave en el este del país, donde las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur, Ituri y Tanganyika suman un total de 10,2 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda. Entre ellos, 2,2 millones son desplazados internos, que viven en condiciones de extrema privación. En la región oeste, el impacto del conflicto armado sigue afectando gravemente a la población, con un 21 % de los habitantes de Mai-Ndombé en situación de inseguridad alimentaria.
Florian Monnerie, director de Acción contra el Hambre en la República Democrática del Congo, destacó que las personas más vulnerables son aquellas que han huido de los combates, perdiendo el acceso a tierras, alimentos, agua y atención médica. La situación requiere una intervención urgente para aliviar el sufrimiento de millones de congoleños.
Los retos de la ayuda humanitaria
Frente a la magnitud de las necesidades, la ayuda humanitaria enfrenta grandes dificultades para cubrirlas. La repentina suspensión de la financiación de Estados Unidos, principal contribuyente humanitario en la República Democrática del Congo, genera temores de que la situación empeore. Obtener fondos para la ayuda humanitaria y el desarrollo siempre ha sido un desafío en una crisis de carácter crónico. Hoy, debido a la escasez de recursos, los trabajadores en el terreno se ven obligados a reducir o suspender sus actividades. “Esto pone en peligro miles de vidas”, afirma Florian Monnerie.
Acción contra el Hambre, que tenía como objetivo tratar a 45.000 niños y niñas con desnutrición aguda grave en situaciones de crisis y ofrecer asistencia sanitaria a 360.000 niños en 2025-2026, no ha podido atender nuevos casos desde marzo debido a la paralización de la acción humanitaria y la falta de pagos por parte del donante estadounidense. Solo los 2.000 niños previamente registrados siguen recibiendo tratamiento.
En Ituri, en los centros de salud donde se suspendieron los programas de Acción contra el Hambre, la atención pasó a ser de pago. El número de consultas ha disminuido a la mitad. Debido a la falta de recursos, muchos padres ya no pueden llevar a sus hijos a los centros de salud, lo que hace que el estado de los menores, especialmente de los más pequeños, empeore rápidamente. Desde finales de marzo, Acción contra el Hambre ha identificado a 258 niños menores de cinco años con desnutrición aguda grave que no pueden recibir tratamiento. Además, se ha reportado la muerte de seis niños por desnutrición aguda grave y otras 18 muertes de niños por malaria o neumonía grave, ya que las familias no pudieron reunir los recursos necesarios para acceder a atención médica a tiempo.
Acción contra el Hambre alerta sobre la crisis humanitaria en Maï-Ndombé
En el territorio de Kwamouth, en Maï-Ndombé, Acción contra el Hambre es el único actor humanitario presente en los centros de salud. Desde que se suspendieron las actividades financiadas por el donante estadounidense, nuestros equipos han registrado trece muertes, y decenas de niños con desnutrición aguda grave no han podido recibir tratamiento.
“Es crucial que los donantes se movilicen para prevenir un
mayor deterioro de la situación nutricional y sanitaria en las zonas más
vulnerables, abordando la creciente inseguridad
alimentaria”, concluye Florian Monnerie.
Presente en la República Democrática del Congo desde 1997, Acción contra el
Hambre desarrolla programas de nutrición, salud, agua y saneamiento, apoyando
al sistema de salud congoleño en colaboración con actores locales e
internacionales. En 2024, realizamos más de 424.000 consultas y atendimos a
27.819 niños por desnutrición aguda grave.
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