El primer gladiador mordido por un león: hallazgo arqueológico en York revela evidencia única del Imperio romano

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28/04/2025 - 14:00
Mordedura en la cadera del gladiador, concretamente en la cadera

Lectura fácil

Un reciente descubrimiento en un antiguo cementerio romano en York, Inglaterra, ha arrojado nueva luz sobre las brutales realidades del entretenimiento en la antigua Roma. Se trata de la primera evidencia osteológica del enfrentamiento entre un gladiador y un gran felino, probablemente un león, en un espectáculo tan típico de la época.

Un esqueleto de gladiador que cuenta una historia

El protagonista de este hallazgo es el esqueleto de un hombre de entre 26 y 35 años, hallado en Driffield Terrace, uno de los cementerios de gladiadores mejor conservados del mundo.

Este individuo fue sepultado junto a otros dos cuerpos, con restos de caballos sobre su tumba, lo que sugiere un ritual funerario inusual. Su esqueleto muestra signos de desgaste por esfuerzo físico, lesiones en la columna vertebral, inflamaciones pulmonares y musculares, y evidencias de una desnutrición sufrida durante la infancia.

Marcas que revelan un combate con un león

Las heridas más reveladoras se encontraron en la pelvis del esqueleto del gladiador: marcas de mordeduras perfectamente alineadas con la dentadura de un gran felino carnívoro.

Estas lesiones no cicatrizaron, lo que indica que fueron la causa directa de su muerte. Según los expertos, se trata probablemente de un Bestiarius, un tipo de gladiador entrenado para luchar contra animales salvajes.

Este es el primer caso confirmado por medios forenses donde un esqueleto humano de gladiador muestra lesiones compatibles con el ataque de un león, aportando una prueba física directa de este tipo de enfrentamientos, más allá de las representaciones en mosaicos y textos históricos.

Investigaciones y contexto histórico

El análisis fue realizado por un equipo internacional liderado por Tim Thompson, profesor de la Universidad de Maynooth, y publicado en la revista PLOS ONE.

También participó la arqueóloga Malin Holst, de la Universidad de York, quien subraya que este hallazgo transforma la interpretación previa de los restos, inicialmente considerados de soldados o esclavos.

Más que el Coliseo: espectáculos en la provincia romana

Aunque los combates de gladiador con animales son frecuentemente asociados con el Coliseo de Roma, este descubrimiento prueba que también ocurrieron en provincias alejadas del centro del imperio. Se cree que York contaba con su propio anfiteatro, aunque aún no se ha encontrado, y que albergaba espectáculos hasta el siglo IV d.C.

La ciudad tenía gran importancia estratégica y política; incluso fue donde el emperador Constantino se autoproclamó como tal en el año 306. La presencia de altos mandos romanos requería entretenimiento al nivel de la capital, lo que explica tanto los combates como la complejidad de los entierros en Driffield Terrace.

Honor en la muerte

Los gladiadores eran considerados valiosos, comparables a atletas profesionales de hoy. Por eso, cuando un gladiador caía en combate, su cuerpo era enterrado con cuidado, a menudo con ofrendas simbólicas para acompañarlos en el más allá. El hallazgo en York no solo arroja luz sobre una práctica brutal, sino que también humaniza a estos luchadores del pasado, mostrando que incluso en la muerte, se les reconocía cierto honor.

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