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La llegada de hormigas invasoras de la especie ‘Pheidole megacephala’ ha provocado que los leones cambiasen su comportamiento depredador en una sabana de Kenia, pues estos se volvieron menos efectivos para matar cebras, su principal presa.
Así se explica en un estudio del equipo internacional pertenecientes a instituciones de Argentina, Canadá, Estados Unidos, Kenia o Reino Unido y publicado este jueves en la revista ‘Science’.
Los investigadores descubrieron que la invasión de hormigas leonas altera el mutualismo entre las nativas (‘Crematogaster spp.’) y la acacia dominante (‘Vachellia drepanolobium’), con lo que esta especie de árbol es más vulnerable al ramoneo de los elefantes africanos al producirse paisajes con mayor visibilidad. En consecuencia, se reduce la cobertura arbórea para que los leones embosquen a las cebras.
Las hormigas leonas y su invasión afecta ecosistemas y a especies
"Demostramos que un pequeño invasor reconfigura la dinámica depredador-presa entre especies icónicas", escriben los investigadores, dirigidos por Douglas Kamaru, del Departamento de Zoología y Fisiología de la Universidad de Washington (Estados Unidos).
La buena noticia es que la población de leones no ha disminuido desde que se dio la invasión de insectos, probablemente porque estos felinos han cambiado su dieta de cebras a búfalos africanos, que corren el mismo riesgo de ser depredados por leones en las áreas invadidas.
Las acacias ‘drepanolobium’, una especie arbórea dominante en gran parte del este de África, proporcionan néctar y refugio a las hormigas nativas. A cambio, estas defienden a los árboles de los curiosos emitiendo ácido fórmico. De hecho, son particularmente efectivas para defender esos árboles contra los elefantes.
Durante las últimas dos décadas, la invasión de hormigas leona, que se cree que se originó en una isla en el océano Índico, ha alterado esa relación simbiótica, pues los nuevos insectos matan a las nativas, pero no protegen los árboles de los elefantes, lo que permite a estos enormes herbívoros ramonear y romper árboles a un ritmo de cinco a siete veces mayor que en áreas no invadidas.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que la pérdida de cubierta arbórea afectaría las interacciones de los leones y su principal especie de presa: las cebras.
Utilizando una serie de parcelas de estudio (algunas invadidas por hormigas leonas y otras no) y estudiando la actividad de las cebras y los leones, los científicos descubrieron que las invasoras efectivamente redujeron la ocurrencia de muertes de cebras por parte de los leones al abrir el paisaje en más territorio.
Así, los leones se quedan sin escondite para observar y acechar a su presa preferida. De hecho, las muertes de cebras fueron 2,87 veces mayores en áreas no invadidas por las nuevas hormigas, en comparación con áreas con esos insectos.
Entre 2003 y 2020, la proporción de muertes de cebras realizadas por leones cayó del 67 al 42 %, mientras que la proporción de búfalos cazados por leones aumentó del 0 al 42 %.
Una especie que cuenta con alto impacto ecológico en todo el planeta
"Demostramos que la propagación de la hormiga leona, uno de los invasores más extendidos y de mayor impacto ecológico del mundo, ha provocado una reacción en cadena ecológica que reduce el éxito con el que los leones pueden cazar a su presa principal", indican los investigadores.
Los científicos creen que los leones de Ol Pejeta Conservancy han mantenido su población matando más búfalos africanos, que son más grandes y más difíciles de matar que las cebras.
En otras partes de África Oriental, se requieren grupos más grandes de leones para matar búfalos, lo que eventualmente puede conducir a cambios en el tamaño y la composición de las manadas de esos felinos en Ol Pejeta Conservancy.
“Aunque la invasión de hormigas cabezonas ha dado forma a la distribución espacial de las muertes de cebras, y la frecuencia de las muertes de cebras ha disminuido con el tiempo, el cambio de presa por parte de los leones a presas más formidables parece haber evitado hasta ahora cualquier efecto en cascada sobre el número de leones”, concluyen los investigadores.
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