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Desde Japón, el Gobierno está pidiendo calma internacional por los vertidos del agua tratada contaminada que se comenzaron a realizar desde este jueves en Fukushima.
Los primeros análisis, según las autoridades niponas, exponen que los animales marinos de la zona tras el vertido de aguas de la central nuclear no contienen presencia de isótopos.
De esta forma, aclaran que, incluso los niveles de tritio, el único isótopo que no ha desaparecido tras el tratamiento del agua contaminada, son mínimos en toda la zona marina que rodea la central nuclear.
Desde Japón piden calma por los vertidos de Fukushima
Asimismo, la Agencia de Pesca afirmó que los análisis realizados en un radio de cinco kilómetros junto a la central, no han detectado tritio, tras la acción de limitación en la importación de pescados y mariscos por el miedo a la contaminación, según informaba la agencia Kiodo.
Se espera publicar más datos de una zona más amplia, de un radio de 50 kilómetros dentro de poco, pues el Ministerio de Medio Ambiente japonés así lo ha infromado.
Dicho proceso cuanta con la supervisión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que se comprometió a realizar pruebas propias.
El Pacífico vive desde el último jueves de agosto el vertido del agua contaminada pero tratada de la planta nuclear de Fukushima, tras la decisión de retirar la mayor parte de residuos.
Dicho proceso cuenta con la supervisión de expertos internacionales que velan por garantizar la seguridad del proceso para el medio ambiente y el medio marino, el principal expuesto.
Y es que, la crisis nuclear que desató el terremoto y el tsunami de 2011, la planta inyectó agua marina en los reactores, con el objetivo de enfriar el combustibles atómico, para evitar una catástrofe mayor.
Además, el agua de lluvia, así como el procedente de los acuíferos subterráneos, ha penetrado en los edificios dañados de los reactores de Fukushima.
Así, actualmente se está extrayendo todo ese agua contaminada por haber entrado en contacto con materiales altamente radiactivos, que anteriormente se estaban almacenando en grandes tanques del recinto de Fukushima Daiichi.
El caso, es que se acumulan 1,34 millones de toneladas de agua contaminada y que fue procesada en un millar de bidones, lo que aumenta de forma diaria.
Además, desde Tokyo Electric Power (TEPCO), avisan de que para el año que viene, el espacio para albergar nuevos tanques, se agotará.
La falta de espacio, la precursora del vaciado del agua contaminada
Ante esta imperante necesidad, se barajó la idea de limpiar de residuos radiactivos la zona ocupada por Fukushima a largo plazo dentro del proceso de desmantelamiento.
Así, Japón decidió verter de forma controlada el agua habiéndola 'limpiado' anteriormente, evitando así otras técnicas que suponen mayores riesgos, como exponen los expertos sobre la infiltración subterránea o su vaporización.
De esta forma, el agua contaminada se trata en un circuito llamado ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos), que tiene la capacidad de retirar 62 tipos de materiales radiactivos, excepto el tritio y el carbono-14.
Esta situación actual de los vertidos de agua contaminada tratada de Fukushima han creado una polémica, y tienen muy preocupadas a diferentes organizaciones ambientalistas, así como al sector de la pesca, porque creen que el estigma radiactivo de los peces y el marisco y otras capturas, acabará afectándoles, como lo lleva haciendo desde el 2011.
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