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Las personas sordas son las que tiene dificultades para oír. Puede ser que oiga un poco o puede que no oiga ningún sonido. Algunos sordos se comunican con lenguaje de signos, una lengua que se desarrolla a través de gestos.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que 1.500 millones de personas en todo el mundo viven con algún grado de pérdida de audición; de ellas, unos 430 millones necesitan servicios de rehabilitación. Según la misma fuente, más del 25% de los mayores de 60 años tiene una pérdida de audición discapacitante y las prácticas poco seguras entre la población más joven podrían provocar en más de 1000 millones de personas una pérdida de audición evitable y permanente.
Carmen Abascal, directora de AG Bell International, señala que en España actualmente serían 7 millones las personas con problemas de audición. De los recién nacidos cada año, 5 de cada 1.000 presentan algún problema de audición y uno de cada mil, sordera.
El largo camino hacia la accesibilidad para las personas sordas
Rutinas que parecen tan sencillas como usar autobuses urbanos, el metro, el tren o salir dar un paseo, tienen un plus añadido de peligrosidad para las personas sordas y sordociegas. La falta de audición las deja indefensas ante un coche descontrolado o un tren fuera de horario, ante la imposibilidad de percibir las señales de alerta.
La misma situación se da en caso de incendio o ante la caída de un voladizo o de un árbol. De hecho, según un estudio realizado por Sign Health en el Reino Unido, las personas sordas tienen cinco años menos de esperanza de vida que las personas oyentes debido a esta privación comunicativa.
En el terreno más personal, la dificultad para recibir información y para comunicarse conduce a situaciones incómodas para la persona con discapacidad auditiva, como tener que apoyarse en un tercero para recibir diagnósticos médicos o hacer un simple pedido en una frutería. En sus últimas consecuencias, el desgaste que acarrea esta dependencia tiene como consecuencia el aislamiento.
Si bien es cierto que los avances tecnológicos, sobre todo con la aparición del teléfono móvil, han facilitado de forma notable la comunicación a las personas sordas y sordociegas, también lo es que el camino hacia la accesibilidad universal es todavía largo. Los avisos de turno en la consulta del médico o las audioguías de los museos son apenas dos ejemplos que sustentan esta afirmación.
Visualfy: tecnología inteligente para ayudar a las personas sordas
Afortunadamente, la tecnología sigue trabajando para revertir esta situación. Uno de los instrumentos más vanguardistas en este campo es Visualfy, una herramienta que se apoya en la inteligencia artificial para transformar sonidos de alerta en señales lumínicas, que el usuario recibirá en cualquier dispositivo con conexión a internet. Su funcionamiento es sencillo y tiene dos fases. La primera, la instalación en el lugar elegido (una casa o un establecimiento público) del hub que captará las alarmas y la segunda, la descarga de una app en la que el usuario recibirá las señales lumínicas.
Estas son algunas de las conclusiones extraídas de la Jornada CEDDD ‘Descubriendo la accesibilidad para las personas sordas’, organizada por el Consejo para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) y que contó con los testimonios del presidente de la Federación Española de Sordoceguera (FESOCE), Ricard López; Manel Alcaide, CEO de Visualfy, y la CODA (Children of Deaf Adults – Hija de Padres Sordos) Elena Torres Jaramillo, que ganó el Oscar 2022 a la Mejor Película.
La jornada ya está disponible de forma íntegra en el canal de YouTube de CEDDD.
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