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Montevideo, 4 feb (EFE).- La convocatoria el próximo jueves en Uruguay, el "David" de las relaciones internacionales, de la primera reunión del Grupo de Contacto sobre Venezuela será un paso decisivo para impulsar una salida pacífica de la crisis en el país caribeño.
Frente a las tesis más implacables del "Goliat" que conforman sus poderosos vecinos y las potencias del hemisferio norte, el pequeño Uruguay, que se ha mostrado neutral ante la crisis venezolana, lleva días trabajando con sigilo para crear el clima y las condiciones necesarias para hacer posible esta cita, que organizará codo a codo con la Unión Europea (UE).
El embajador Karl-Otto König, jefe de la delegación de la UE en Uruguay, ha visto cómo con esta convocatoria ha sido premiada su tenacidad germánica, que combina con un fino instinto diplomático, para promover la búsqueda de una solución para la transición ordenada en Venezuela.
La cita, que también había sido convocada por México, llega en un momento en el que los principales países europeos se unieron al reconocimiento del jefe del Parlamento, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela y puede representar un espaldarazo no solo a una salida política a la crisis sino a la ayuda internacional al pueblo venezolano.
Ministros de Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay, por parte latinoamericana, y de Alemania, España, Francia, Holanda, Italia, Portugal, Reino Unido y Suecia, por parte europea, conforman la lista de participantes, según la Presidencia uruguaya.
Además, está previsto que la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, esté el jueves poco más de ocho horas en Montevideo para asistir a este encuentro, que se celebrará en la Torre Ejecutiva, el principal centro administrativo de Uruguay.
Ubicada en la plaza de la Independencia, junto al mausoleo dedicado al prócer José Gervasio Artigas sobre el que se alza un imponente monumento ecuestre levantado en su honor, la Torre Ejecutiva es el lugar donde se reúne semanalmente el Consejo de Ministros.
En ella se encuentran la mayor parte de las oficinas, agencias y organismos presidenciales, aunque el jefe del Estado, Tabaré Vázquez, trabaja a diario en otro lugar, la residencia de Suárez y Reyes, muy próxima al domicilio particular en el que reside.
Uruguay, el más pequeño de los socios fundadores de Mercosur, mantiene ante el asunto de la crisis venezolana una postura de expresa "neutralidad", junto con México.
A su vez, desarrolla una política de brazos abiertos a los centenares de ciudadanos venezolanos que tramitan la residencia legal en el país, hasta el punto de resolver favorablemente una media de quince expedientes diarios.
Esta situación se ve facilitada por la eficiencia de su sistema de Migraciones, uno de los que, en el entorno del Mercosur, ponen menos trabas a los inmigrantes de todo el mundo y resuelven con mayor celeridad las situaciones que se plantean.
El Grupo de Contacto que el jueves iniciará su andadura en Montevideo nacerá para ayudar a crear el clima en el que emerja un proceso político pacífico que permita a los venezolanos decidir su futuro con unas elecciones libres, transparentes y creíbles, conforme a la Constitución del país, según la UE.
En los entresijos de esta convocatoria estuvo muy presente México, aunque ahora no figure como organizador, como se dejó entrever el pasado miércoles en Montevideo cuando se dio por hecha la convocatoria de esta reunión, aunque entonces se hablaba de un enfoque diferente, el de conferencia impulsada por ambos países del eje neutral.
Sin embargo, la iniciativa uruguayo-mexicana convergió con las aspiraciones diplomáticas de la UE dirigidas en el territorio por el embajador König y finalmente desembocó en el comunicado difundido simultáneamente por la UE y Uruguay.
El anuncio fue asumido rápidamente por la cancillería mexicana, cuyo titular, Marcelo Ebrard, confirmó que encabezará la delegación de su país y buscará "generar diálogo" sobre la situación que se vive en Venezuela.
Uruguay insiste en que está listo para trabajar con aquellos miembros de la comunidad internacional que, al igual que México y la ONU, deseen apostar por la diplomacia.
Durante estos días "David" corre hacia "Goliat" y en vez de sacar de su bolso una piedra y lanzarla contra el gigante, intenta con la palabra convencerle de que el quid de la cuestión está en la negociación internacional.
Pero la clave es si, como sucedió en los pasajes bíblicos con los israelitas, el pequeño país ganará la batalla mientras los filisteos huyen despavoridos por la habilidad del más chico o, por el contrario, se dejará escapar una oportunidad única para ayudar a un pueblo que se desangra.
La reunión de Montevideo es precedida por la del Grupo de Lima, este lunes en Ottawa, que terminó con el compromiso de sus integrantes de no considerar la opción militar para forzar la salida de Nicolás Maduro de la Presidencia.
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