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Madrid, 30 ene (EFE).- La economía española creció el 3,1 % en 2017, en línea con lo esperado por el Gobierno y la mayoría de analistas, si bien el avance económico se ralentizó ligeramente en el último trimestre al crecer el PIB un 0,7 %, una décima menos que el trimestre anterior.
Los expertos consultados por Efe no creen que esa desaceleración esté tan ligada a la crisis política en Cataluña como a la Encuesta de Población Activa (EPA), cuyos datos para el cuarto trimestre fueron algo peores de lo que se esperaba.
Con el cierre de 2017 la economía suma cuatro años consecutivos de recuperación y tres años creciendo por encima del 3 %.
El dato del INE confirma el pronóstico del Gobierno, que en octubre mantuvo su previsión de crecimiento en el 3,1 % al considerar que la crisis política en Cataluña no afectaría al conjunto de la economía en 2017 y únicamente tendría impacto sobre el PIB regional.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha incidido hoy en que Cataluña no ha tenido una influencia negativa en la desaceleración del cuarto trimestre y ha señalado que también en el resto de Europa se ha registrado un menor crecimiento.
De Guindos ha reiterado que la economía española seguirá creciendo este año alrededor del 3 %, lo que llevará a elevar la previsión oficial que se había bajado al 2,3 % precisamente por la incertidumbre asociada a Cataluña.
A pesar de que el crecimiento de 2017 ha sido "equilibrado" y "muy positivo" en términos de empleo, el ministro ha reconocido que todavía se necesitan dos años de fuerte crecimiento económico para "que España deje atrás la crisis" en términos de empleo.
Para la analista del Gabinete de Coyuntura de Funcas María Jesús Fernández la crisis política en Cataluña podría haber tenido algo de influencia sobre el consumo, pero lo circunscribe únicamente al dato de las ventas minoristas durante el mes de octubre.
"En Funcas esperábamos un crecimiento del 0,8 % en el cuarto trimestre", ha dicho Fernández, que otorga más peso a los datos de la EPA que a la situación de Cataluña en la ralentización del último trimestre.
En su opinión, hasta que no se tengan todos los datos desagregados será difícil analizar la evolución del cuarto trimestre, si bien ha explicado que por el lado de la demanda cabe esperar una ralentización del consumo compensada por una mejora del sector exterior, mientras que por el lado de la oferta es previsible que la industria haya registrado resultados muy positivos.
El catedrático de Economía de CUNEF y director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó, también ha considerado que hay que tener en cuenta que aunque la EPA del cuarto trimestre reflejó una mejora en el empleo, fue "algo menos buena de lo esperado".
A su juicio, la caída de una décima del crecimiento del PIB no deja de ser la esperada "puesto que la expectativa era acabar el año con una ligera desaceleración, pero lo que ha cambiado son los componentes esperados".
Carbó ha explicado que hay áreas de la economía que se han comportado aún mejor de lo estimado inicialmente, entre las que destaca el turismo, aunque con la excepción de Cataluña, donde el frenazo de este sector en el cuarto trimestre se podría estar reflejando en el conjunto de la economía.
"La economía mantiene, en todo caso, su pulso y -según se avanza desde el Ministerio- así parece que seguirá en el primer trimestre de 2018 si nada se tuerce, especialmente en lo político", ha añadido Carbó.
Por su parte, el catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, Joaquín Maudos, ha dicho que "no conviene magnificar lo que supone la mera caída de una décima en la tasa trimestral".
Desde su punto de vista no se puede aventurar que esa décima menos de crecimiento trimestral sea achacable a la situación en Cataluña, sino a otros factores comunes a todo el territorio como "la pérdida de fuerza de los vientos de cola" al haber tocado suelo la caída de los tipos de interés y al cambiar la tendencia en el precio del petróleo.
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