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Madrid, 10 ene (EFE).- La expresidenta de la CNMV Elvira Rodríguez ha afirmado hoy que hubo deficiencias en la regulación y la supervisión durante la crisis financiera, lo que dificultó la respuesta entre los años 2012 y 2016, y ha pedido una arquitectura distinta para el organismo.
Durante su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga el origen de la crisis financiera y el rescate bancario, Rodríguez ha explicado que a su llegada al supervisor en 2012, en un momento de "elevada tensión" y volatilidad en el mercado, en el que las entidades se encontraban en proceso de recapitalización y reestructuración, se identificaron "importantes debilidades" en cuanto a la regulación.
Ha destacado que la normativa del sector financiero "no pudo responder" a los acontecimientos que se sucedieron en dicha etapa ni a la evolución de los mercados, y que en los siguientes años se inició una "vorágine regulatoria" y una "avalancha" de directivas y reglamentos comunitarios para solucionar dichos fallos.
La CNMV detectó también defectos de supervisión y coordinación internacional, que fueron aliviados tras mejorar posteriormente la reestructuración del sistema de supervisión a nivel mundial y europeo, lo que facilitó la coordinación entre los supervisores nacionales e internacionales.
En ese contexto, según Rodríguez, el supervisor se dedicó "intensamente" a recuperar "la confianza perdida" y a tomar medidas que pudieran "mitigar" las consecuencias de la crisis económica, así como a "prevenir" episodios futuros similares.
La expresidenta del supervisor nacional ha valorado que "se ha regulado mucho" desde esa etapa, con normas de procedimiento y exigencias de transparencia como la directiva MIFID II, tras los "importantes daños" de la crisis, agravados por la falta de regulaciones adecuadas y de la desconfianza generada.
En este sentido, pese a que ha destacado que en la CNMV están ahora "más capacitados", ha instado a dar "más autonomía" al organismo en cuanto a la dotación de medios personales, en orden de dar respuesta "inmediata" y con mayor eficacia a las necesidades surgidas por la evolución de los mercados y la armonización europea.
Además, ha indicado la conveniencia de establecer una arquitectura institucional como en el modelo conocido como "twin peaks", que funciona en otros países, en el que la supervisión de solvencia y la de conducta se llevan a cabo por organismos diferentes.
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