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Roma, 17 abr (EFE).- Los gobiernos y las empresas deberían realizar más controles para evitar los accidentes laborales en los sectores agrícola y forestal, reclamó hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El experto de la agencia Jonas Cedergren señaló en una nota que "hay que hacer más por reducir y controlar" los múltiples y conocidos factores de riesgo que afrontan los trabajadores en esas actividades.
La FAO llamó a abordar el estrés por calor como un riesgo del empleo al aire libre y a armonizar las reglas para informar sobre las heridas, los accidentes y las muertes entre quienes trabajan en los bosques, a menudo en condiciones "difíciles y peligrosas".
Alrededor del 32 % de la población mundial trabaja en la agricultura, que predomina sobre todo en el sureste de Asia y África subsahariana, regiones caracterizadas por las altas temperaturas durante todo el año que con el cambio climático pueden aumentar todavía más.
Una nueva publicación de la ONU recoge los casos de Costa Rica y Colombia, países productores de caña de azúcar donde se han estudiado los tiempos de trabajo y descanso en función de las temperaturas y su relación con la productividad y la salud.
Frente al estrés térmico, se recomienda adaptar la organización y el diseño de los lugares de trabajo a las condiciones ambientales, el uso de ropas adecuadas para proteger a los empleados del sol y el calor, y la disponibilidad de agua potable para evitar la deshidratación.
Un trabajo especialmente duro es el que permite extraer madera de los bosques, normalmente utilizando maquinaria pesada en terrenos abruptos en un sector en el que los accidentes laborales causan más de 170.000 muertes al año, según estimaciones hechas a nivel global.
Otro estudio de la FAO pone énfasis en la necesidad de investigar y registrar mejor las enfermedades y los accidentes vinculados a la actividad forestal para garantizar la seguridad de los empleados, de lo que se deberían encargar organizaciones nacionales e internacionales dotadas de los fondos adecuados.
En los países pobres donde prevalecen las actividades forestales ilegales o informales, la agencia reconoce que los gobiernos requieren ayuda internacional para mejorar las condiciones de trabajo y de salud en el sector.
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