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Pekín, 28 jul (EFE).- Una investigación de las autoridades chinas a la farmacéutica Changsheng Biotech, protagonista de un gran escándalo por supuesta adulteración de vacunas, confirmó que la firma falsificó datos sobre estos productos e incluso utilizó materiales caducados en su elaboración, informó hoy la agencia oficial de noticias Xinhua.
Las pesquisas conducidas por un equipo del Consejo de Estado (Ejecutivo) determinaron que con el fin de reducir costes y mejorar la producción la firma usó fluido ya caducado en la elaboración de algunos de sus productos, falsificó datos de fabricación y condujo tests irregulares, entre otras prácticas ilegales.
Además, los responsables de la firma, en la que 16 directivos han sido detenidos (entre ellos la presidenta de la compañía, Gao Junfang), intentaron destruir 60 discos duros con datos de la empresa para eliminar evidencias, aunque la policía los pudo recuperar, según los investigadores.
Según el informe preliminar, la compañía inventó de forma "sistemática" registros de producción e inspección, y falsificó facturas con fechas incorrectas con el fin de adaptarse a los requisitos de los inspectores.
Las autoridades ordenaron a la empresa detener su producción a raíz de que una inspección inicial del 6 al 8 de julio ya encontrara irregularidades, después de que un empleado anónimo las denunciara públicamente a través de un artículo que fue censurado en las redes sociales chinas pero desencadenó un gran escándalo.
Se estima que Changsheng Biotech falseó los datos en 113.000 vacunas liofilizadas contra la rabia en humanos, aunque el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China estimó que esto sólo afectó a dos de cada 100.000 inoculados en el país, sin que por ahora se hayan diagnosticado reacciones adversas a las vacunas.
Ya en octubre del año pasado se investigó a la firma por mostrar una pobre efectividad de otras 250.000 vacunas contra la difteria, la tosferina y el tétanos.
Las dudas en torno a la firma han vuelto a salpicar a todo el sector sanitario chino, frecuentemente acusado por los pacientes de anteponer el beneficio económico a la salud nacional.
El presidente chino, Xi Jinping, calificó las ilegalidades de Changsheng Biotech de "espantosas y terribles", y las autoridades sanitarias chinas ordenaron una inspección general de todo el sector de las vacunas nacional para intentar recuperar la confianza de la opinión pública.
Aunque en muchos países la rabia está erradicada, en China se registraron 516 casos, si bien la incidencia de la enfermedad se está reduciendo gradualmente con el paso de los años.
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