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Las obras de remodelación de la emblemática plaza madrileña estaban programadas para empezar en el mes de febrero, pero, de nuevo, vuelven a retrasarse, pues no se ha desplazado ninguna máquina a la zona ni vallado ningún perímetro para empezar los trabajos.
Este retraso se suma ya los múltiples tropiezos y retrasos en los que está incurriendo el equipo de Carmena con la gestión de esta obra.
La rehabilitación de la plaza se presupuestó en 2016, con el objetivo de tener finalizados los trabajos en 2018. Tras no poder licitar la obra conforme a las fechas iniciales, se prometió iniciar los trabajos en enero de 2018, junto a la reforma de la Gran Vía, para posponerlos luego a noviembre de 2018 y después, nuevamente, a febrero de 2019.
El presupuesto se ha ido engrosando con los retrasos
De los 42 millones de euros presupuestados en 2016, el gasto se ha tenido que doblar hasta los 98 millones de euros en los presupuestos de 2018.
El proyecto ha sufrido además varias modificaciones en varios de sus aspectos más simbólicos, pues finalmente no se cambiará de ubicación la estatua de Don Quijote ni se podrá tirar la valla de los jardines de Sabatini, por prohibición expresa de Patrimonio Nacional.
El mítico restaurante chino de los bajos de la plaza ha recibido ya varios anuncios de cierre. El último estaba fijado para el 31 de enero, pero finalmente, y a vista de que el lugar sigue intacto, el restaurante sigue funcionado para alegría de sus clientes.
La reforma de la Plaza de España plantea recuperar la plaza como lugar "estancial, cívico y activo", soterrando la calle Bailén para unir la plaza con el parque del Templo de Debod, los jardines de Sabatini y el entorno del Palacio Real, conectado, mediante un corredor natural y ciclista, hasta Madrid Río y la Casa de Campo.
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