Lectura fácil
Ante la baja visión y ceguera, los sentidos se revolucionan y el tacto, es uno de ellos. Resulta fundamental conocer y reconocer a través del tacto lo que tenemos ante nosotros. De esta manera desarrollamos este sentido, recibimos información y se interpretan por el cerebro cada uno de estos estímulos.
Los niños con problemas de visión deben desarrollar el tacto desde bien pequeños, esto les permite adaptarse al mundo y en desarrollar distintas capacidades y destrezas.
Este soporte que presentamos a continuación da un paso más en este proceso: dibujar y reconocer con el tacto la creación realizada.
Esta herramienta consiste en una lámina adherente negra y un lápiz hecho con impresión 3D que contiene un carrete de lana, con el que se puede trazar formas y de esa manera generar un relieve que permite ser reconocido mediante el tacto.
Las personas ciegas y las que tienen baja visión pueden escribir y dibujar con ciertas herramientas, pero sin conocer cuál es el resultado. Sin embargo, esta nueva técnica chilena permite no solo dibujar, también tocar y reconocer la creatividad que realizó la persona ciega o con baja visión.
Küwü es el nombre que ha dado un equipo chileno del Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión de la Universidad Católica (CEDETi UC), a su creación.
¿Cómo funciona?
El lápiz es de plástico y tiene incorporado un carrete de lana que reemplaza a la tinta tradicional. Con él se puede escribir sobre un velcro, porque la lana se adhiere a esta superficie y marca la trayectoria que realiza el usuario.
Después, el diseño se puede reconocer a través del tacto.
Un invento que ya está en las aulas
Küwü ya ha sido implementado con pruebas iniciales que se realizaron en 2017, en una escuela chilena donde había alumnos con discapacidad intelectual.
Internacionalizar el producto
Los desarrolladores de Cedeti UC viajaron el año pasado a Estados Unidos. Allí organizaron reuniones con directivos del:
- Overbrook School for the Blind de Filadelfia.
- Massachussetts Associaton for the Blind.
- The Carroll Center for the Blind.
El producto fue expuesto y utilizado por alumnos y profesionales de estos centros. La mayoría de ellos, personas con ceguera y baja visión.
Según las fuentes consultadas, durante las visitas a estos centros específicos, en Estados Unidos, el director de una escuela de ciegos se emocionó porque perdió la vista a los once años y a él le encantaba dibujar. Con esta herramienta pudo volver a dibujar después de décadas.
Desarrollo del producto
La es realizar un producto inclusivo, que pueda ser usado en la escuela y como juego, ya que se trata de un material didáctico que ha gozado de una muy buena acogida entre la población diana.
Actualmente, este lápiz inclusivo está en la etapa de impresión de prototipos finales. En un principio, el equipo hacía esto con impresoras 3D. La idea necesitó unas cuantas pensadas ya que la terminación con este tipo de impresora, no era fina. Probaron otras alternativas. Finalmente, optaron por las impresiones de inyección, las que se realizan a alta velocidad y son de bajo costo.
Con esta técnica, que permite depurar más aún el invento, van a desarrollar más de 200 soportes, los cuales van a ser distribuidos a distintos centros educativos para niños ciegos y con baja visión. La intención es recibir después un feedback del producto. En el caso de recibir un balance positivo, desde el centro de investigación explican que multiplicarían la impresión de nuevos dispositivos.
Añadir nuevo comentario