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Bruselas, 12 ene (EFE).- La nueva directiva comunitaria de servicios de pago entrará mañana en vigor, con lo que empezarán a aplicarse las normas que eliminan los cargos adicionales por pagos con tarjeta o transferencias y regulan el funcionamiento de nuevos servicios que operan a través de Internet o dispositivos móviles.
El vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis, señaló hoy que las normas "promoverán el desarrollo de servicios de pago innovadores en línea y móviles", al tiempo que "podrían ahorrar más de 550 millones de euros al año a los consumidores" por la reducción de los recargos.
La directiva, aprobada en 2015 para con el objetivo principal de adaptar las reglas previas a la realidad digital, empezará a aplicarse a nivel continental aunque aún no ha sido introducida plenamente en la legislación española.
El 22 de diciembre se inició la audiencia pública para el anteproyecto de ley, que estará abierta hasta el 16 de enero, y la norma se adaptará totalmente a lo largo del primer semestre del año, con lo que durante seis meses la directiva europea convivirá con la norma española.
La nueva directiva prohíbe los cargos adicionales por pagar con la mayoría de tarjetas de crédito y débito, en comercios tradicionales o a través de Internet, una práctica especialmente frecuente en ciertos sectores, como el de los viajes, con lo que Bruselas estima que el 95 % de los pagos estarán libres de estas cargas.
Además, limita la responsabilidad del consumidor en caso de un uso no autorizado de su tarjeta de crédito, de modo que tendría que pagar solo 50 euros en lugar de los 150 actuales en el caso, por ejemplo, de que le sea sustraída y utilizada antes de denunciar su robo.
Por otra parte, busca abrir el mercado a nuevos operadores digitales, en concreto los servicios de iniciación de pagos, que funcionan como intermediarios al ordenar transferencia por cuentas de clientes, y los que permiten gestionar cuentas abiertas en diferente entidades en un solo lugar.
En concreto, garantiza que puedan acceder a la información sobre las cuentas de sus usuarios que tienen los bancos.
También aumenta la seguridad en los pagos al exigir más medidas de identificación del cliente.
La Comisión Europea adoptó además el 27 de noviembre dos regulaciones que precisan y completan la directiva, pero estas no entrarán en vigor hasta septiembre de 2019, previa aprobación por parte de la Eurocámara y los Estados.
De una parte, la que rige los procesos de identificación del cliente obligará a que los proveedores exijan al menos dos elementos de autentificación: algo que el cliente sepa (como un código PIN), algo que posea (tarjeta físcia) o algo que "sea" (como su huella dactilar).
De otra, la que regula el intercambio de información entre los bancos y los nuevos operadores digitales -como las "fintech"- y que pide a los primeros que desarrollen interfaces de comunicación específicas con los segundos para que el acceso sea fácil y seguro.
La organización de consumidores europea BEUC consideró en un comunicado que las nuevas normas "son buenas noticias para la transparencia y los consumidores".
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