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La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) ha expresado su satisfacción ante la modificación de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, que asegura la presencia de intérpretes de lengua de signos y de otros recursos de apoyo a la comunicación que la persona sorda pueda precisar durante un proceso judicial, e incorpora la figura de los mediadores.
Un gran avance hacia la plena tutela judicial efectiva de las personas sordas
Este cambio legislativo, que entrará en vigor el próximo 3 de septiembre, ha supuesto “un gran avance hacia la plena tutela judicial efectiva de las personas sordas”. Una demanda histórica del movimiento asociativo de la CNSE que “favorece la participación en condiciones de igualdad de las personas sordas al quedar garantizada la comunicación, la comprensión y la interacción con el entorno”.
La modificación de la Ley de Enjuiciamiento Civil contempla el derecho de las personas con discapacidad a entender y ser entendidas en cualquier actuación que deba llevarse a cabo en los juzgados.
Para ello, la norma menciona expresamente la interpretación en las lenguas de signos reconocidas legalmente (lengua de signos española y lengua de signos catalana), así como a la participación de profesionales mediadores que actúen como facilitadores realizando las tareas de adaptación y ajuste necesarias para tal fin.
Tal es el caso de profesionales sordos mediadores y ‘adecosores’ (agentes de desarrollo de la comunidad sorda) que han trabajado en este ámbito en repetidas ocasiones durante procesos judiciales en los que han participado ciudadanos y ciudadanas sordas.
La Administración tiene el deber de cumplir, y ser a su vez un ejemplo a seguir
“La Justicia ha de ser igual para todos y todas, y como tal, debe garantizar el respeto a nuestros derechos lingüísticos”, ha manifestado la presidenta de la CNSE, Concha Díaz. “Estas medidas resultan clave para avanzar en la seguridad y en la plena tutela judicial efectiva de las personas sordas”.
Si estamos en un juicio y alguien da un portazo, o se oye la sirena de una ambulancia, se tiene que signar. Si no se hace, a la persona sorda le faltará información, porque no comprenderá, por ejemplo, porqué ha mirado todo el mundo por la ventana.
El sonido nos ayuda a comprender el contexto, pero las personas oyentes a menudo no somos conscientes de ello. En la mayoría de los casos se quieren finalizar los procesos en el menor espacio de tiempo posible, y la presencia de un intérprete de lengua de signos, a pesar de realizar una interpretación simultánea, siempre ralentiza el ritmo. Quizá por desconocimiento, a veces surgen situaciones en las que se presiona para que el proceso sea más rápido.
Aún queda trabajo por hacer en los juzgados para garantizar la igualdad de oportunidades, el desarrollo, el bienestar e igualdad de condiciones de toda la ciudadanía. A fin de cuentas, una constante actualización y mejora de los servicios y la Administración son indispensables en una sociedad en continuo progreso.
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