Doñana se muere, ¿qué está pasando con la Ley del Regadío?

Doñana no sale de la polémica, y es que el Parlamento Andaluz aprobó comenzar con la tramitación de una proposición de ley para recalificar numerosas hectáreas de la zona.

De esta forma se regularizaría la situación de muchas fincas que tienen cultivos ilegales, por las restricciones de normas de preservación del entorno y que por ello no han conseguido permisos de explotación en los últimos años.

La política entra en la polémica, dado que por un lado, la derecha con PP y Vox se disputaron el voto rural posicionándose con los agricultores, los cuales exigían una mayor flexibilidad legislativa para la estandarización de la explotación de áreas donde haya terrenos en el limbo legal.

Por su parte, el bloque de la izquierda saco los argumentos medioambientales y a los peligros a los que se exponía Doñana si se daba la llegada en masa de nuevos agricultures.

Doñana, la mecha de las tensiones políticas y el primer disparo a bocajarro al medioambiente

El caso, es que ante este escenario en Doñana, se tiene que apostar por la búsqueda de un equilibrio entre las normativas de protección de los entornos naturales y los incentivos al sector agrícola.

Esto, ha llamado la atención de la Comisión de la UE, que manifestó su preocupación al respecto de la legislación propuesta en caso de salir adelante, ya que las repercusiones no son problema para el espacio, sino de utilización de recursos, como ocurre con el agua.

Estos son algunos de los razonamientos que causan pavor en los que se oponen a la regularización de los cultivos ilegales:

• Causar efecto llamada y sobrepoblación de la zona en consecuencia.
• Efectos negativos que podría tener el, ya por sí, delicado equilibrio de Doñana.
• Presión añadida en el área de Doñana, lo que acabaría desviando el agua de la reserva para mantener los cultivos, lo que también propulsaría la desestabilización del ecosistema.

Una legislación que sigue abierta a enmiendas y propuestas de reforma, según Moreno

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno se defiende argumentando que se trata de una ayuda a los profesionales del campo, y que aún así, el texto no ha salido del gobierno, sino por parte de los grupos parlamentarios.

Pero también ha destacado, que el futuro texto de la legislación sigue abierto a enmiendas y propuestas de reforma, insistiendo, en que la oposición puede plantear las objeciones que vean oportunas.

Además, de momento, el presidente autonómico estará en conversaciones con Bruselas, con el fin de debatir con la comisión cuáles son los puntos de nuevas medidas que no cumplirían con los estándares comunitarios. Pero con la polémica de Doñana servida, Moreno quiere dejar ver una imagen conciliadora, por lo que declara estar abierto a la adaptación de sus políticas a las exigencias de la UE, con el fin de proteger el ecosistema.

Ahora bien, la realidad de Doñana es siniestra, porque este ecosistema lleva dando tumbos sin encontrar soluciones a la sequía masiva y la falta de agua, lo que da lugar a la consiguiente pérdida de biodiversidad, y tomar las decisiones planteadas, supondría un golpetazo definitivo para un lugar tan dañado.