Lectura fácil
Washington, 12 dic (EFE).- El índice de precios al consumo (IPC) se mantuvo estable en noviembre en Estados Unidos, gracias al descenso en los combustibles, y dejó la tasa interanual en el 2,2 %, la más baja de los últimos doce meses.
En octubre, cuando los precios subieron un 0,3 %, la tasa interanual se ubicó en el 2,5 %.
Por su parte, la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y alimentos por su volatilidad, ascendió un 0,2 % en noviembre, mientras que comparado con el mismo mes del año pasado se ubicó en el 2,2 %.
El dato publicado por el Departamento de Trabajo estadounidense coincidió con las expectativas de los analistas.
La estabilidad de precios vino dada en gran medida por el notable descenso en los precios de la gasolina, que bajaron un 4,2 %.
Por contra, los de los alimentos aumentaron un 0,2 % y los de sanidad crecieron un 0,4 %.
La tendencia alcista general de los precios continúa en EE.UU., lo que servirá de argumento para que la Reserva Federal (Fed) siga con su estrategia de elevar los tipos de interés de manera "gradual" en lo que resta de 2018, aunque la ralentización de noviembre puede generar dudas.
"No hay claras señales ni de una aceleración o desaceleración que requeriría un cambio dramático en el pensamiento de la Fed", dijo Eric Winograd, economista de la consultora AlliedBernstein.
La Fed elevó en septiembre los tipos al rango de entre el 2 % y el 2,25 %, después de aumentarlos en junio, y se prevé que lleve a cabo una subida más en lo que resta del año, dada la solidez de la economía estadounidense, con una tasa de desempleo que cerró noviembre en el 3,7 %
Por ello, los analistas apuntan que el banco central estadounidense incrementará los tipos de interés en su última reunión del año, programada para la próxima semana, entre el 18 y 19 de diciembre, en la que sería la cuarta subida en 2018.
Los analistas sí que consideran, no obstante, que la relajación en las presiones inflacionarias en EE.UU. puede dar más margen de maniobra al banco central estadounidense de cara a futuros ajustes a lo largo de 2019.
La gobernadora de la Fed, Lael Brainard, afirmó la pasada semana que la inflación en general parece controlada, pero reconoció que "algunos de los vientos a favor que han supuesto un impulso para la economía se están disipando, y puede que se encaren algunas corrientes en contra".
Mientras que el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó a finales de noviembre que los tipos de interés están "justo por debajo" de un nivel neutro y, aunque se mostró optimista sobre la economía, matizó que el organismo federal no sigue un "camino predeterminado" para sus decisiones de política monetaria.
Powell predijo que la economía del país tendrá un "crecimiento continuado y sólido, un bajo desempleo y una inflación cercana al 2 %", panorama que "gusta mucho" al banco central.
Sin embargo, el progresivo aumento del precio del dinero por parte de la Fed ha despertado el enfado del presidente estadounidense, Donald Trump, quien lamentó que estas subidas de los tipos de interés ponen en riesgo la aceleración de la economía.
En unas declaraciones que rompen con el tradicional respeto por la independencia de la Fed, el mandatario ha asegurado que no está "para nada contento" con las decisiones del organismo dirigido por Powell, curiosamente designado por el propio Trump, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro del encargado de dirigir al política monetaria en Estados Unidos.
Powell, por su lado, he evitado replicar al presidente del país y ha insistido en que los datos respaldan el ritmo de ajuste gradual y progresivo.
Añadir nuevo comentario