Lectura fácil
Las aves son animales de sangre caliente, su temperatura normal ronda los 40º, tres más que nosotros. El caso es que mantener esa temperatura no es algo fácil.
Para poder entrar en calor, el organismo tiene que estar consumiendo energía para que la temperatura corporal no caiga provocando hipotermia, y finalmente, la muerte.
Esta especie cuenta con sus plumas, que aíslan de manera muy eficiente el cuerpo de la temperatura exterior, pero todo tiene su límite, ya que durante las largas y frías noches invernales, esa "caldera" tiene que disparar su consumo energético para sobrevivir.
Las claves de las aves para sobrevivir al frío
Cuando llega el invierno se juntan varios problemas:
- Las aves tienen que acumular reservas energéticas en forma de grasa, pero no les gusta engordar, y no por estética, sino porque eso las haría más torpes y blanco de depredadores.
- A causa de lo primero, las aves comen lo justo, es decir, viven al día. Comen lo necesario durante las horas de luz para tener la suficiente energía durante la noche.
- El problema de esto, es que en invierno las noches son muy largas y los días muy cortos, por lo que en pocas horas tienen que alimentarse para sobrevivir, las temperaturas incrementan esas necesidades y buscar alimento en invierno, también se vuelve una tarea difícil.
Finalmente, aquellas que no encuentren su alimento necesario, acabarán por perecer durante la noche, morirán de frío, y todo por la falta de alimento.
Es por ello que algunas cuentan con la capacidad de anticiparse a los inviernos, algunas migran hacía países cálidos, como todos sabemos, pero las que suelen quedarse, hacen 'fugas de tempero', tal y como exponen en SEO/BirdLife.
Se trata de movimientos que surgen de situaciones meteorológicas adversas extremas, como son las olas de frío o temporales invernales, lo que les permite a muchas aves sobrevivir.
Algunas especies deciden quedarse en sus lugares de origen
El caso, es que también otras especies de aves que son mucho más grandes, por lo que pueden sobrevivir con las reservas que ellas mismas se generan.
Esto ocurre con los depredadores o carroñeros, a los cuales se les hace mucho más fácil encontrar comida, ya que sus víctimas son mucho más detectables por el manto blanco que deja la nieve.
Según SEO/BirdLife, las que se quedan son aquellas especies muy sedentarias o territoriales, o aquellas que confían en sus fuentes de alimentación, o algunas que se encuentra muy débiles para emprender un largo viaje, o simplemente, son aquellas que han tomado una decisión equivocada.
La naturaleza acabará hablando, porque al final, ante una ola de frío no encontramos con una situación extremadamente delicada, que acabará con la vida de un porcentaje muy significativo de aves, hasta que no regresen unas temperaturas invernales normales.
Añadir nuevo comentario