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Se ha presentado un informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, en el que se advierte de un posible riesgo de anoxia, conocido también como agotamiento de oxígeno, en las aguas del Mar Menor. Algo que podría provocar la muerte masiva de organismos en estas aguas, debido a su estado de eutrofización.
El temor a que se repita el desastre medioambiental del año pasado pone bajo la lupa de los investigadores, todos los procesos climáticos que se den en la zona del Mar Menor. Por este motivo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico solicitó este informe al IEO, tras las lluvias torrenciales sufridas durante el pasado mes de marzo.
Es necesario proteger el Mar Menor
La actividad humana lleva mucho tiempo pasando factura al Mar Menor. La agricultura intensiva y el turismo masivo son los principales responsables de poner en riesgo el equilibrio ecológico de la zona, que ya vivió una situación dramática en el verano de 2021, cuando se llegaron a retirar más de 4,5 toneladas de peces muertos de las orillas. Desde el informe se han actualizado los datos anteriores y se ha hecho hincapié en el papel que juega el aporte de nutrientes y materia orgánica proveniente de estas actividades.
Para poder entender mejor el estudio, sus autores puntualizan que se debe analizar desde el contexto del proceso de eutrofización que las aguas del Mar Menos vienen sufriendo en estas últimas décadas. Este proceso consiste en la contaminación masiva por sustancias como el fósforo y el nitrógeno, que se filtran a través de las aguas subterráneas o por el arrastre de agua y materiales de las cuencas durante las lluvias torrenciales.
Marzo ha sido un mes especialmente complicado en lo que se refiere a cambios de clima
La Comunidad murciana atravesó por dos episodios intensos de calima y a su vez fue uno de los meses más húmedos de las últimas 6 décadas. Estos contrastes climáticos, añadidos a la presión contaminante que ya sufrían las aguas del Mar Menor, conforman la tormenta perfecta para que se desate otra catástrofe medioambiental masiva.
La primavera tampoco trae buenas noticias especialmente. Los expertos consideran que, el aumento de las temperaturas favorecerán el incremento de la clorofila, una sustancia que desestabiliza las sustancias del agua. Además de que las lluvias primaverales que se esperan para estos meses han no han llegado a su fin, lo que contribuiría a un constante arrastre de nutrientes y materia orgánica perjudicial para el ecosistema del Mar Menor.
Sin duda, la situación por la que está atravesando el Mar Menor es especialmente alarmante, ya que el riesgo de volver a vivir una situación similar a la del verano pasado está cada vez más cerca. Poco se ha estado haciendo desde las instituciones para frenar la mala gestión de los residuos producidos por la agricultura y el turismo.
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