Lectura fácil
A pesar de los intentos de despolitizar la agenda bilateral de España con Marruecos, el principal factor de interferencia en las relaciones es la posición española en la cuestión del Sáhara Occidental.
El deterioro de las relaciones y el recurso que Rabat hizo en Ceuta de la emigración como arma diplomática recuerda cómo las cuestiones territoriales siguen interfiriendo en la construcción de unas relaciones de buena vecindad buscada por todos los gobiernos españoles, sin excepción, desde la firma del Tratado de Amistad, Cooperación y Buena Vecindad en 1991.
Esta estrategia no ha sido capaz de evitar el desencadenamiento periódico de crisis, con intensidad y alcances desiguales, por eso España y Marruecos celebraron la semana pasada una reunión de alto nivel con la que confían en estrechar sus relaciones de tal manera que se asienten unas bases sólidas para evitar que se vuelva a producir ninguna crisis y, para ello, activarán un “mecanismo de seguimiento de cumplimiento de los acuerdos”.
La Reunión de Alto Nivel (RAN) sella la buena comunicación existente entre los dos países tras el giro del Gobierno en su postura sobre el Sáhara
Un indicador del estado de las relaciones ha sido la periodicidad con la que se han realizado las Reuniones de Alto Nivel (RAN) que debían ser anuales. Inauguradas en 1993, tras la firma del Tratado de Amistad y buena vecindad por el entonces presidente, Felipe González, que despidió su mandato con una segunda RAN en 1996, mantuvieron una regularidad anual durante la primera legislatura de José María Aznar, quebrada por la alteración del clima con Marruecos que comenzó con la instrumentalización electoral de la cuestión migratoria tras el episodio de El Egido y la presencia en Ceuta y Melilla de Aznar en campaña electoral.
Tras el cambio de gobierno en 2004 y a pesar de la buena sintonía con Rabat del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero y su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, solo se celebraron tres RAN en los ocho años de gobierno socialista.
Con el retorno del Partido Popular al gobierno en 2011, solo se celebraron dos RAN en 2012 y 2015, y desde entonces solo se anunció una en diciembre de 2020, aplazada oficialmente por la Covid-19, pero con el reconocimiento del Sáhara Occidental por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como trasfondo.
En la actualidad, el apoyo explícito al plan autonomista marroquí desencalló una larga y profunda crisis bilateral y permitió una nueva sintonía con el vecino africano, amasada en varios pasos, que culmina con esta cumbre.
La consolidación de España como primer socio comercial de Marruecos y segundo inversor en el país ha favorecido un discurso que ha tendido a minimizar las diferencias
Con este último acuerdo entre España y Marruecos se creará un nuevo instrumento y residirá en los ministerios de Exteriores como reflejo de la voluntad política de ambos países para evitar futuras crisis.
En el Ejecutivo español, según fuentes gubernamentales, se tilda de "histórica" esta cita porque esperan que asiente unas relaciones con Marruecos basadas en la "confianza" y la "sinceridad" de manera que, en cuanto haya algún elemento "irritante", éste se pueda abordar directamente y evitar escaladas de tensión como las pasadas que han llevado a la falta de interlocución con la retirada de embajadores.
Primero, inversiones
Pero antes de la celebración de una reunión “histórica” entre los dos gobiernos, el presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, y el jefe del Gobierno de Marruecos, Aziz Akhannouch, clausuraron un foro empresarial en el que se dieron cita representantes de unas 80 compañías con intereses en las dos orillas.
Inicialmente, la delegación española iba a estar liderada por el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, pero “por enfermedad”, según fuentes de La Moncloa, no ha podido desplazarse a Rabat y es sustituido por el vicepresidente primero de la CEOE, Miguel Garrido, acompañado también por Marta Blanco, presidenta de CEOE Internacional.
En este foro, en el que participó la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, se abordó en el incremento de las inversiones españolas en este país del norte de África, en la víspera de que se renueve un acuerdo de financiación por valor de 800 millones para los próximo cinco años.
En datos, el 50 % de las exportaciones españolas a África se producen a Marruecos, que es el tercer socio comercial de España -fuera de la UE- tras Estados Unidos y Reino Unido. Además, en España residen 1, 2 millones de marroquíes, lo que les convierte en la segunda comunidad más importante.
Añadir nuevo comentario