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Mauricio Palomar, residente en la Comunidad Valenciana, es un individuo con discapacidad intelectual o del desarrollo y forma parte de la Plataforma Estatal de Representantes de Personas con Discapacidad Intelectual.
Su conexión con el baile se estableció a los 15 años, cuando su madre lo inscribió en una academia de danza. Con especial interés en la danza contemporánea, considera que moverse de esta manera contribuye a mantenerse en forma y cuidar su salud.
En esta travesía de baile, cuenta con el apoyo incondicional de sus padres, quienes lo acompañan a diferentes eventos y lugares relacionados. Mauricio Palomar, alentando a todos los amantes del baile, sugiere unirse a una academia para expresarse plenamente y experimentar la maravillosa sensación de bailar.
Para él, bailar es una forma de liberación. Cada movimiento durante la danza le permite olvidar todos los problemas, concentrándose completamente en la expresión artística y en la experiencia única que ofrece cada baile.
Mauricio Palomar, artista, activista y todo un ejemplo
Bailar con personas con discapacidad no es un acto social, sino artístico. Al buscar la palabra bailarín o bailarina en Internet, las imágenes que aparecen son las mismas que nuestra mente reproduce: hay un molde, un patrón. La rigidez, tanto en los cuerpos como en los pasos, ha ido disipándose con la llegada de la danza contemporánea, pero Mauricio Palomar no lo entendía porque para él la danza no era eso, para él la danza iba mucho más allá.
Las imágenes de danza para Mauricio Palomar son una equivocación porque los cuerpos diferentes aportan mucho al hecho escénico, dan otra energía, otra dinámica y otra estética.
Cuando alguien asiste a un espectáculo donde participa este artista con discapacidad intelectual, no hay miradas condescendientes ni críticas paternalistas; los clichés y prejuicios hacia las personas con diversidad intelectual se desvanecen ante la dignidad y profesionalidad que expresan los bailarines.
Una persona con la energía de Mauricio ayuda a los demás
Mauricio Palomar es líder. Su historia es muy inspiradora para otras personas con discapacidad que desean bailar.
En cada espectáculo que participa, el escenario se llena de emociones, de calidad, de muchísima energía. Le gusta ayudar y no recibir nada a cambio. Es realista, autónomo y consciente.
Palomar defiende que la danza es una herramienta perfecta de expresión, tanto para personas con discapacidad como sin ella. Ayuda a nivel musical y rítmico, a ubicarse en el espacio, a expresar sentimientos, a mantenerse en forma... Usar nuestro cuerpo como herramienta de lenguaje es sumamente positivo para una persona con discapacidad.
La cultura tendría que estar muchísimo más presente en todos los ámbitos, y por supuesto en la inclusión social de personas con discapacidad. Más allá de las galas benéficas, que ayudan, pero no bastan, Mauricio Palomar trabaja cada día en programas de inclusión en diferentes ámbitos culturales. Vivir experiencias junto a bailarines reales, actores reales, pintores, estilistas, etc. Esto sensibilizaría mucho a las personas con discapacidad y, por lo tanto, mejoraría mucho su evolución, así como la vida de quienes conviven con ellos.
Como él destaca, todavía queda un gran camino por hacer en cuanto a la visibilización de las discapacidades en nuestra sociedad, aunque destaca el admirable trabajo que muchas asociaciones están haciendo al respecto.
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