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Esta clásica pregunta es tan habitual como importante. Si se te ha pasado por la cabeza significa que te preocupas por tu coche y lo quieres cuidar todo lo que puedas. Así que, como no podía ser de otra forma, en GNDiario queremos ayudarte a resolver la clásica cuestión: cómo elegir el mejor lubricante para mi coche.
En ocasiones con solo llevar nuestro coche al taller es suficiente ya que permiten revisar y colocar todo correctamente. Pero no por esta razón se debe desconocer sobre los mejores lubricantes a tener en cuenta para su mantenimiento.
Es un tema complejo y por eso hay que pararse a pensar y valorar todas las opciones de lubricantes para vehículos que existen en el mercado. Por ello, es básico que tomes una decisión basándote en la ayuda y consejo de profesionales del sector como por ejemplo Lubrituria, donde tienen una gran variedad de lubricantes, calidades y precios. Así que, siempre te recomendaremos la opción que más se adapte a ti.
¿Por qué debemos elegir el mejor lubricante para nuestro vehículo?
Lo que hace un lubricante en nuestro coche es evitar que se produzca el temido gripaje y que el motor quede inservible o, por lo menos, te enfrentes a una avería que te puede salir por un pico.
El aceite sirve para que todas esas piezas que rotan unas junto a otras lo hagan de forma fluida, sin rozamientos ni calentamientos excesivos. Con este objetivo, estos líquidos actúan como una especie de barrera protectora entre ellos que evita que las microirregularidades que tengan las piezas choquen entre sí.
Ahí entra en juego la viscosidad de un aceite, la más famosa característica. La idea es que hay que encontrar un equilibrio en la viscosidad. Si es demasiado alta, el lubricante se opondrá al movimiento en exceso y provocará que aumente el consumo del coche e incluso que se desgasten esas piezas. Por el contrario, si es baja, esa barrera protectora de aceite será demasiado débil y no evitará lo suficiente el rozamiento entre piezas.
En resumidas cuentas, el aceite del motor debe formar una película entre:
- Elementos móviles y elementos fijos.
- Elementos móviles y otros elementos también móviles.
Es por ello que tiene que tener unas propiedades adecuadas para que circule con la suficiente fluidez pero, a su vez, que tenga una densidad óptima para trabajar a diferentes temperaturas. Por tanto:
- Si es poco denso: circulará con mejor fluidez a bajas temperaturas, pero en cuanto suban los grados y se expanda, podría ofrecer una protección insuficiente.
- Si es muy denso: protegerá bien el motor a priori, pero circulará peor por el sistema, quizás cuesta más lubricar ciertas zonas a bajas temperaturas... y sea como fuere, el resultado podría ser igual de desastroso.
Es importante que siempre antes de comprar un lubricante se verifique el tipo de vehículo que estamos utilizando
De este modo se evitan muchos inconvenientes y nos aseguramos de obtener un producto de buena calidad. Pero ojo, cuando hablamos de la calidad, nos referimos a la normativa del aceite para el coche que se enfoca en la calidad del producto en cuanto a las condiciones y composición del mismo. Si no se utiliza un lubricante o aceite adecuado o de buena calidad los inyectores y los procesos de mantenimiento podrían llegar a dañar nuestro vehículo.
Es más, muchas personas a la hora de seleccionar un lubricante para coche se logran guiar por el factor precio, aquellos aceites que tengan un costo bajo suelen ser aceites muy económicos de unos 5 o 6 euros. Sin embargo, lo más probable es que no sean aceites de buena calidad y tu vehículo sufra alguna avería tras su uso.
Llegados a este punto, lo más recomendable es siempre tener lubricantes de buena calidad los cuales pueden costar algo más pero suelen tener un mejor rendimiento.
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