Meditar también podría tener efectos contrarios al deseado y podría no ser una práctica adecuada para cualquiera

La meditación es una actividad de lo más popular hoy en día. Corrientes como el mindfulness, el yoga y otras herramientas y tratamientos para bajar el estrés o reducir la ansiedad lo han ido introduciendo. Lo cierto es que los beneficios están más que demostrados. Mejora nuestra capacidad cognitiva, nos ayuda a mantener los niveles de cortisol a raya y contribuye a mantener nuestro equilibrio emocional, mental y también físico.

Sin embargo, a pesar de los beneficios de la meditación, para muchas personas no siempre resulta sencillo e incluso puede llegar a tener efectos contraproducentes en ciertas circunstancias. Esto puede deberse a muchos factores, algunos referidos a las limitaciones físicas, que impiden realizar las respiraciones o mantener las posturas de forma correcta, y otras que van más centradas al momento emocional por el que estamos atravesando.

Las limitaciones de la meditación y porqué no siempre es válido para todos

Existen algunos motivos avalados por estudios que indican que la meditación no siempre es bueno para todas las personas. Entre ellos tenemos estos cuatro:

Tener algún trastorno mental grave

Las personas que padecen trastornos mentales graves como esquizofrenia, trastorno bipolar o trastornos de personalidad pueden encontrar que la meditación intensifica sus síntomas o emociones negativas, en lugar de aliviarlos. En estos casos, meditar no es la mejor opción de tratamiento y se debe buscar asesoramiento profesional especializado para marcar unas líneas más adecuadas.

La presencia de traumas no resueltos

Aquellas personas que han experimentado traumas emocionales o psicológicos muy intensos y que todavía no han tenido ocasión de resolver, pueden encontrar que el meditar un desencadenante recuerdos dolorosos o emociones difíciles de manejar. En estas situaciones, es importante abordar el trauma adecuadamente con la ayuda de un terapeuta antes de considerar esta técnica.

Cuando tenemos problemas de concentración

Algunas personas pueden tener dificultades para concentrarse o mantener la mente en calma durante la meditación, lo que puede generar frustración o ansiedad en lugar de relajación. Para aquellos con problemas de atención o hiperactividad, puede ser más beneficioso buscar otras prácticas de suspensión o técnicas alternativas.

Algunos síntomas adversos

Según un estudio publicado en la revista científica 'PloS One', algunas personas desarrollan o manifiestan síntomas como una mayor consciencia de sus rasgos negativos o el incremento de sentimientos de autocrítica e incluso confusión en el plano mental. Los datos de este estudio muestran que entre el 1 % y el 2 % de las personas que meditan desarrollan estos signos.

Aunque la meditación es una herramienta potente y útil, es muy importante tener en cuenta cómo nos afecta y atender a nuestras limitaciones. Si el meditar nos provoca más estrés que relajación o genera en nosotros una exigencia, es posible que sea el momento de buscar tratamientos alternativos para evitar acentuar síntomas o desanimarnos en exceso. El cuidado de la salud mental es esencial y por ello también es clave hacerlo guiados por un profesional.