Lectura fácil
El algunas ocasiones nos encontramos ante situaciones que nos desbordan emocionalmente o ante las que no tenemos las suficientes herramientas para gestionarlas adecuadamente. Algunos trastornos psicológicos y emocionales de este tipo, pueden estar derivados de traumas que sufrimos durante la infancia. Para ir implementando pequeñas ayudas y herramientas en nuestro día a día, la psicóloga Laura Blázquez, nos explica en qué consiste el trauma y nos da unas cuantas claves.
"Vivir una experiencia traumática se define como la situación o situaciones en las que la persona siente que su vida o parte de su integridad física están amenazadas, acompañando estos sentimientos de temor, y no desaparecen, aunque la situación traumática ya no esté presente", nos explica la psicóloga, "Este tipo de experiencias dejan secuelas en la organización de los circuitos neuronales del cerebro manifestándose en trastornos mentales graves, psicóticos, de ansiedad, alimentarios, depresión, o consumo de sustancias entre otros" añade.
5 Tips para superar los traumas de la niñez
La palabra trauma proviene del griego “herida”, cuando una persona ha sufrido traumas puede sentir alteraciones a niveles de la percepción, cognición. Tras una situación de trauma el cuerpo puede quedar sometido a un funcionamiento de supervivencia. Y como herida que es, durante la adultez necesitará cuidados especiales para su tratamiento y mejora. Por eso te dejamos estos 5 consejos para que puedas ir trabajando en ello si lo necesitas:
Tomar un periodo de reflexión
En ocasiones reaccionamos de formas en las que muchas veces ni si quiera nos reconocemos a nosotros mismos. Explosiones de enfado, tristezas intensas o sentir que no somos amados, pueden ser síntomas de que hayamos experimentado traumas en la infancia que no fueron resueltos. Por eso es necesario tomarnos un tiempo de reflexión para poder escucharnos y conectar con lo que nos está afectando, para poder identificarlo y gestionarlo.
Buscar información para entender
Uno de los primeros pasos es comprender aquello que nos pasa para poder prestarle la atención y los recursos que necesite. Es importante informarnos, pero hacerlo de fuentes fiables, como canales de psicología o expertos en neurociencia. Esto es clave porque nos ayuda a entender que ante una conducta manifiesta, puede haber una base que se ha generado a partir de los traumas vividos.
Hablar y expresar
"Hablar de lo que nos duele, sana. Es importante que puedas hablar de lo que sientes libremente y compartirlo con los demás ayuda a aliviar esa carga", explica Blázquez. Hablar con alguien es una potente herramienta para empezar a trabajar nuestros traumas, pero si aún no nos sentimos cómodos podemos escribir aquello que sentimos o simplemente verbalizarlo estando solos.
Hacernos responsables como adultos
Llegando ya a los estadios finales, tenemos que ser conscientes de que ya no estamos en la infancia y que podemos cuidar de nosotros mismos. "Responsabilízate de ti, no has elegido la infancia que has vivido pero ahora sí puedes elegir. Aprende a conocerte y sanar en el presente eso que aún te duele".
Buscar apoyo profesional
Muchas veces el camino para trabajar y curar nuestros traumas, es un camino que no podemos hacer solos, por eso buscar apoyo profesional es una de las mejores decisiones que podemos tomar. Con la guía de un experto, que nos ayude en el proceso, será más fácil seguir en el camino correcto.
Añadir nuevo comentario