Microplásticos bajo el lente del microscopio en los océanos y en nuestros vasos de agua

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17/02/2024 - 08:30
Los microplásticos también están en nuestros vasos

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Los microplásticos y nanoplásticos, resultado de la actividad humana, se han detectado en diversas partes del mundo, desde el hielo marino de la Antártida hasta las profundidades de los océanos y en el agua que consumimos. Estudios recientes, como el publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, revelan la presencia de nanoplásticos en el agua embotellada, con hasta 240.000 fragmentos por litro, detectados mediante una avanzada técnica láser. Este hallazgo, realizado por universidades de EE.UU., sugiere una presencia mucho mayor de nanoplásticos de lo que se estimaba anteriormente.

Los microplásticos y nanoplásticos invaden nuestro planeta

Los microplásticos y nanoplásticos, invisibles a simple vista, han invadido diversos rincones del planeta, desde el gélido hielo marino de la Antártida hasta las profundidades abisales de nuestros océanos. Estas diminutas partículas, generadas por la actividad humana, no solo contaminan nuestras aguas, sino que también han infiltrado el agua que bebemos, ya sea de grifo o embotellada.

Un estudio reciente, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, revela que los nanoplásticos presentes en el agua embotellada son hasta 100 veces más pequeños de lo que se creía anteriormente, con una alarmante proporción de 240.000 fragmentos por litro. Este descubrimiento, realizado por universidades estadounidenses, sugiere una presencia mucho más extendida de nanoplásticos de lo que se pensaba.

Las investigaciones anteriores, como la llevada a cabo en 2018, ya habían detectado un promedio de 325 partículas de microplástico por litro en el agua. Posteriormente, estudios adicionales multiplicaron estas cifras varias veces, indicando que los nanoplásticos están omnipresentes en las aguas de todo el mundo.

Analizan 280 muestras de agua de 20 marcas y solo una de ellas está libre de microplásticos/YouTube-La Vanguardia

Origen terrestre que termina en cauces y mares

Según la profesora Nora Expósito Lorenzo, de la Universitat Rovira i Virgili, las principales fuentes de microplásticos son de origen terrestre, transportados a través del alcantarillado y vertidos en los cauces y mares. La presión urbana e industrial, junto con una gestión inadecuada de residuos, contribuyen significativamente a esta contaminación, especialmente durante las temporadas turísticas.

En la costa mediterránea, la producción masiva de plástico y pellets aumenta aún más el riesgo de contaminación. Los recientes vertidos en las costas de Galicia y el Cantábrico son un recordatorio vívido de estos peligros. 

A nivel de la Unión Europea, se estima que hasta 160.000 toneladas de pequeños plásticos se pierden anualmente en vertidos dentro del territorio comunitario, subrayando la urgente necesidad de abordar este problema a nivel global.

La inquietante presencia del plástico en los mares y océanos

Millones de toneladas de nanoplásticos flotan en las aguas oceánicas, invisibles a simple vista pero revelados bajo el lente del microscopio. Los microplásticos, definidos como fragmentos que varían desde 5 milímetros hasta 1 micrómetro, y los aún más diminutos nanoplásticos, que miden menos de 1 micrómetro o 1.000 nanómetros, representan una amenaza invisible pero omnipresente en nuestros océanos.

Un reciente estudio publicado en Science Advances revela la impactante presencia de microplásticos y nanoplásticos en seis puntos de los océanos Atlántico y Pacífico, observados mediante la técnica SSBD. Estas aguas están saturadas de partículas plásticas, siendo las fibras de nailon de artes de pesca las más prominentes. Se estima que estas fibras tardan al menos 500 años en descomponerse una vez en el mar.

En Long Beach, California, los restos de tereftalato de polietileno (PET) son evidencia de la actividad recreativa humana, pero estos microplásticos viajan por los mares, incluso a lugares lejanos de su origen. En el golfo de México, se encuentran considerables cantidades de nanoplásticos de poliestireno, y de manera sorprendente, nanoplásticos de PET también se descubren en muestras de agua recogidas a 311 metros de profundidad bajo la superficie del golfo.

La Asociación Internacional de Agua Embotellada emite un comunicado urgente

Ante estas revelaciones, la Asociación Internacional de Agua Embotellada ha emitido un comunicado señalando la falta de métodos de medición normalizados y consenso científico sobre las posibles repercusiones para la salud de las partículas nanoplásticas y microplásticas. 

Asimismo, subrayan que los informes de los medios de comunicación pueden generar un temor innecesario entre los consumidores. Sin embargo, la urgencia de abordar esta crisis ambiental persiste, dado el impacto potencial en la salud de los ecosistemas marinos y, en última instancia, en la salud humana.

La presencia de nanoplásticos en el agua embotellada plantea preocupaciones sobre su impacto en la salud humana y el medio ambiente. Aunque su ingestión es posible, los efectos a largo plazo siguen siendo desconocidos. Estos diminutos fragmentos pueden penetrar células y atravesar la placenta, lo que suscita dudas sobre sus implicaciones para la salud. 

A pesar de los esfuerzos por comprender su toxicidad, persiste la incertidumbre sobre su alcance y consecuencias. Es crucial investigar más y tomar medidas para reducir su liberación y mitigar su impacto en los ecosistemas y la salud pública.

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