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Los microplásticos en el medio ambiente son un problema global conocido. Científicos de todo el mundo buscan estrategias para mitigarlos, ya sea degradándose eficazmente o desarrollando alternativas para reducir su presencia. Es crucial analizar la cantidad de plástico en diferentes entornos, como agua, hielo, atmósfera, plantas, animales e incluso fluidos corporales. Además, se debe evaluar la eficiencia de la eliminación de estos contaminantes en las plantas de tratamiento de aguas residuales.
Los microplásticos comienzan a ganar terreno en nuestros ecosistemas
La existencia de microplásticos en la naturaleza es un hecho ampliamente conocido. Científicos de todo el mundo se han embarcado en la búsqueda de diversas estrategias para mitigar este problema, desde métodos efectivos de degradación hasta la creación de materiales alternativos para reducir los residuos plásticos.
Sin embargo, comprender la magnitud del problema implica examinar la cantidad de microplásticos en diversos entornos, como agua, hielo, atmósfera, plantas, animales e incluso en fluidos corporales humanos, como la sangre o la leche materna. Por supuesto, también es esencial evaluar la eficacia de la eliminación de estos contaminantes en las plantas de tratamiento de aguas residuales.
En este contexto, un equipo de investigación de la Universidad Técnica de Cartagena, liderado por Javier Bayo, ha logrado un avance significativo en este ámbito, recientemente publicado en la prestigiosa revista Water Research.
Plantas de tratamiento para eliminar los plásticos
La investigación arrojó resultados reveladores acerca de la eficiencia en la eliminación de microplásticos por parte de las cuatro plantas de tratamiento. Estas instalaciones lograron eficiencias que oscilaron entre el 64,3 % y el 89,2 % durante las fases de tratamiento primaria, secundaria y terciaria. La fase primaria implica la separación física de materia sólida en suspensión mediante sedimentación o filtración.
La secundaria se centra en la eliminación de contaminantes a través de procesos biológicos, mientras que la terciaria se enfoca en la neutralización de residuos o microorganismos remanentes mediante procesos químicos.
Durante el periodo de investigación, se observó consistentemente una mayor abundancia en las muestras de aguas residuales recolectadas durante el otoño, en comparación con otras estaciones, y con partículas más pequeñas. Los investigadores sugieren varias posibles causas, sin excluir ninguna.
Por otro lado, las intensas precipitaciones otoñales en la región podrían contribuir al lavado de microplásticos depositados en el suelo o tejados, llevándolos al sistema de alcantarillado. Además, un cambio en los hábitos de la población respecto al uso de plásticos al finalizar el verano y comenzar el año escolar también podría ser un factor influyente.
Eficiencia y desafíos en el sudeste de España
Aunque se considera aceptable una eficiencia mínima del 64 %, los autores no emiten juicios cualitativos al respecto. La evaluación de la eficacia se ve afectada por diversos factores, como la ubicación geográfica y las características específicas de las plantas de tratamiento. La interpretación de su calidad depende de los estándares establecidos por la regulación ambiental y las metas de gestión de residuos.
Este estudio, en definitiva, aporta de manera significativa al entendimiento del impacto ambiental de los vertidos urbanos, sumándose al conocimiento existente sobre la gestión de microplásticos en entornos acuáticos. Asimismo, ofrece una visión detallada de la problemática en el sudeste de España, subrayando la importancia de la investigación científica para encontrar soluciones que mitiguen el impacto de estos contaminantes en nuestros ecosistemas.
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