Si ver sangre, heridas o agujas te genera malestar, incomodidad y reaccionas evitando circunstancias en las que puedas presenciar de formar directa alguna, puede que tengas hematofobia.
El hecho de sentir miedo es algo muy común en el ser humano, también en el deporte. Por eso, los expertos recomiendan conocernos en profundidad y aprender a gestionar nuestros sentimientos.
La opinión de los demás no tiene que importarnos en demasía, pues si nos tomamos todo 'a pecho' puede pasarnos una factura muy cara en nuestra salud mental.
Los traumas y miedos que nuestros ante pasados han vivido, o nosotros mismo, podrían llegar a transmitirse de forma genética a las siguientes generaciones.