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"No tengo el número exacto, pero una muerte es una muerte, ya es demasiado", ha afirmado inicialmente Hassan Al Thawadi uno de los responsables de la Copa del Mundo de Qatar, que reconocía a 400 y 500 obreros migrantes muertos en Qatar durante la construcción de las infraestructuras del Mundial, en una entrevista concedida a la cadena británica TalkTV. Pocas horas después, sin embargo, un portavoz de la competición salía a matizar esas palabras y volvía a la versión de que fallecieron 40.
Una cifra que se sigue alejando mucho de las ofrecidas por investigaciones periodísticas como la de The Guardian, que hablaban de 6.500 migrantes muertos en Qatar.
Nuestra cabeza está tan embotada de estímulos e ilusión futbolera que se olvida que esta “fiesta” puede estar construida sobre injusticia y dolor que ponen contra las cuerdas los Derechos Humanos de muchas personas.
Abiertos a mejorar la seguridad en las obras
"Cada año la seguridad en estos sitios está mejorando. Creo que en general, la necesidad de una reforma laboral indica que hay que hacer mejoras. Esto es algo que reconocimos antes de llevar a cabo la candidatura. Las mejores que se han producido no ha sido por la Copa del Mundo. Hemos tenido que hacerlas por nuestros valores", admitió Al Thawadi. "La Copa del Mundo ha servido como un acelerador", añadió.
De este evento, tal como apunta Greenpeace, una cosa que salta a la vista son los 8 estadios nuevos y relucientes donde se juega. La verdad es que estas infraestructuras son impresionantes. Y en ellas confluye el esfuerzo deportivo de los equipos, la emoción de los partidos, la sobredosis de publicidad y la pasión de los hinchas. Pero, en esta explosión de energía y pasión se hace difícil pensar en el sufrimiento enorme de los trabajadores durante su construcción.
Según Amnistía Internacional, la magnitud de los abusos contra los derechos humanos relacionados con la Copa del Mundo es significativa. Durante los últimos 12 años, la gran mayoría de los trabajadores migrantes en Qatar han tenido que “pagar para trabajar” en el país, con importantes tarifas de contratación ilegal para asegurar sus trabajos, y muchos miles han sido objeto de un robo salarial generalizado.
Antes de 2020, ningún trabajador migrante podía cambiar de trabajo o salir del país sin el permiso de su empleador, mientras que las organizaciones de derechos humanos y los sindicatos han documentado numerosos casos de horas de trabajo excesivas, trabajos forzados y otros abusos. Si bien algunos trabajadores pueden haber recibido algún tipo de reparación, una gran cantidad de abusos siguen sin abordarse adecuadamente o no se abordan en absoluto.
¿Crees que se oculta el número real de migrantes muertos en Qatar?
Dejando la pregunta en el aire, si mirásemos con unas gafas ecofeministas por encima de los estadios al imperio de acero y cristal de la ciudad de Doha posiblemente diría que de ahí emana un sufrimiento más sutil y callado pero no menos grave. Al fin y a cabo el emirato de Qatar no es una democracia, y las mujeres y las personas LGBTI continuaron sufriendo discriminación en la ley y en la práctica.
- Desde aquí queremos recordar a Qatar que tiene la obligación, en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, de prevenir las violaciones generalizadas de los derechos humanos y garantizar la reparación de todos los abusos en su territorio, estén o no relacionados con la Copa del Mundo.
- Pedimos a la FIFA que compense a los trabajadores y trabajadoras migrantes en Qatar que han sido que han sido explotados y abusados para preparar la Copa del Mundo de 2022. Amnistía Internacional ha exigido que la FIFA destine al menos 440 millones de dólares para brindar reparación a los cientos de miles de personas trabajadoras que han sufrido abusos contra los derechos humanos.
- Condenamos el abuso sistemático de los derechos de los trabajadores extranjeros en Qatar.
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