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Desde grupos de activistas internacionales como Greenpeace, se lleva lanzando advertencias contra la minería submarina y reclamando la detención de los procesos de industrialización de la misma. Cerca de una veintena de países, entre los que se encontraba España, así como Portugal, Finlandia o Brasil, se han unido para solicitar a la Autoridad Internacional del Fondo Marino (ISA, por sus siglas en inglés) acordar una "pausa precautoria" a esta explotación en aguas internacionales.
Sin embargo, la solicitud no ha sido del todo aceptada, aunque ha dado pequeños pasos. La ISA se reunió a finales de julio en Kngston, Jamaica, para debatir sobre el asunto de la minería submarina. El debate se centró principalmente en las ventajas económicas y de asegurar fuentes de recursos, frente a las desventajas amplias con respecto al impacto medioambiental que la industrialización de los fondos marinos podría provocarle a esos ecosistemas.
Los riesgos para el ecosistema de la minería submarina
Para Jam Evans Pims, de Ecologistas en Acción, esta Asamblea suponía un "un momento crucial en el que se adoptarán decisiones sin precedentes en términos de gravedad y potenciales impactos a escala planetaria", comentaba en una entrevista recogida por el medio digital ElPeriodico.com. Estas palabras también se suman al resto de alertas, reclamos y solicitudes de otras organizaciones que ven en la minería submarina un grave riesgo para los mares.
Los mares y océanos llevan mucho tiempo sufriendo el impacto negativo de la acción humana. La industrialización en mar abierto, podría suponer una situación aun peor. Desde la comunidad científica también se han pronunciado a este respecto, lanzando recientemente una investigación publicada y liderada por el Museo de Historia Natural de Londres, Reino Unido, alertó sobre que la minería submarina supondría una amenaza para más de 5.000 especies en el Pacífico.
Por este motivo, la alianza generada por estos países ha sido tan relevante durante la asamblea de la ISA, ya que su principal objetivo era el de conseguir una moratoria o incluso la prohibición de esta industria. Sin embargo, después de debates y negociaciones, no se ha tomado una decisión en claro al respecto de ella. La Asamblea cerró sin darle una luz verde clara a este tipo de industria, pero tampoco aceptó la moratoria o el veto al completo.
China se opone a las moratorias
Desde el Consejo de la ISA se informó en un comunicado que hacía falta más tiempo para tomar una decisión más contundente y que “tiene la intención de continuar la elaboración de normas, reglamentos y procedimientos” relacionados con la minería submarina “con miras” a su adopción en 2025. Detrás de esta situación de bloqueo se encuentra principalmente el coloso de China.
Sus necesidades y ambiciones de recursos humanos, llevan tiempo con los ojos posados en los océanos, donde aún queda mucho por explorar y extraer, por estos y otros factores, China ha ejercido su capacidad para bloquear cualquier retraso o moratoria a esta industria. El vacío legal que ha quedado después de la asamblea, juega a favor de las empresas para solicitar un contrato para la minería submarina.
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